Regina de Sajonia, esposa del archiduque de Austria
Su marido, Otto de Habsburgo, es el hijo heredero del último emperador
La vida de Regina de Sajonia-Meiningen habría sido totalmente diferente si la historia del siglo XX hubiera sido otra. Por ejemplo, si Carlos I de Austria y IV de Hungría no hubiera tenido que abdicar el 11 de noviembre de 1918, tras su derrota en la I Guerra Mundial, probablemente ella habría sido emperatriz de Austria y reina de Hungría, Bohemia, Croacia, Eslovenia y Dalmacia. Otro ejemplo: si su padre no se hubiera afiliado al Partido Nazi en 1933, el mismo año en el que Adolf Hitler llegó al poder e instauró el III Reich, él no habría muerto en el campo de prisioneros soviético de Chernopevetz en 1946 y ella no habría quedado huérfana a los 22 años.
Regina de Sajonia-Meiningen -que nació princesa y por matrimonio entró en la familia que ha marcado la historia de Europa, los Habsburgo- murió el 3 de febrero, a los 85 años. Le sobreviven su marido, el archiduque Otto de Habsburgo, dos años mayor, siete hijos y 22 nietos.
Bautizada como Regina Helene Elisabeth Margareth, nació en la ciudad alemana de Wurzburgo, en Baviera, el 6 de enero de 1925. Sus padres eran el príncipe Jorge III de Sajonia-Meiningen y la condesa Clara-María. Creció en Turingia, región que más tarde se convertiría en parte de la Alemania comunista.
Perdió a uno de sus hermanos en una batalla durante la II Guerra Mundial, en 1940. Tras la muerte de su padre, Regina huyó con su madre a la parte occidental de Alemania. En Múnich, donde trabajaba en un centro para refugiados húngaros de Cáritas, conoció en 1949 al que dos años más tarde sería su marido.
Regina se casó con Otto de Habsburgo en Nancy (Francia). No pudieron hacerlo en Austria, ya que el hijo del último emperador austrohúngaro tuvo prohibida la entrada en su país natal hasta los años sesenta. La ceremonia contó con la bendición del papa Pío XII. A pesar de ser el heredero al trono austriaco, el jefe de la Casa de los Habsburgo mostró poco interés en mantener sus títulos y prefería que le llamaran doctor en lugar de archiduque. Fue elegido eurodiputado por los socialcristianos bávaros, y repitió acta en Estrasburgo las dos décadas siguientes. En 2000 renunció a la titularidad sobre la Orden del Vellón Dorado, último resquicio de su liderazgo imperial.
Mientras su marido trabajaba por la causa europea y para promover los intereses de Hungría en la época comunista, la archiduquesa se implicó en causas sociales, sobre todo en una organización de ayuda a los pobres en Múnich. Su hijo Karl, actual jefe de la Casa de Habsburgo, se casó con Francesca Thyssen-Bornemisza, hija del barón Thyssen.
Ocupada con los pobres
Tras sufrir varios años problemas de corazón, la archiduquesa murió en Villa Austria, la mansión del lago Starnberg (Alemania), donde vivió con su familia desde 1953. También tenía una casa en Benidorm, a la que iba con frecuencia. Recibió títulos como el de Gran Señora de la Orden de Elisabeth o Protectora de la Orden de la Cruz Estrellada.
Otto de Habsburgo, de 87 años, no participó en el funeral al que asistieron 500 invitados. El papa Benedicto XII destacó en la despedida que siempre se preocupó por su familia y por los pobres. "Mi madre fue un modelo para todos. Con su muerte se pierde una gran personalidad que ha influido a través de su fe inquebrantable y su actitud positiva ante la vida", dijo su hijo Karl. En la ceremonia se cantó el antiguo himno austriaco del emperador: "Dios mantenga, Dios proteja a nuestro emperador, a nuestro país". Palabras que recuerdan el mundo que conoció la familia de Regina y de su marido y que se desmoronó ante sus ojos a lo largo del siglo XX.
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