El Guadalquivir inunda su valle

Como un dominó. Primero fue en la provincia de Jaén. Luego, en la de Córdoba. Y, por último, en la de Sevilla. Las fuertes lluvias hicieron que el caudal del Guadalquivir se disparara a partir del martes por la mañana. Y el resultado es el desalojo de entre 1.200 y 1.500 personas hasta la mañana de ayer. La crecida afectó a 410 viviendas, muchas de ellas ilegales. Las presas están al límite y la Junta de Andalucía tuvo ayer que desembalsar agua en 32 pantanos de esta cuenta.

Ildefonso Rosa vive en el municipio sevillano de Lora del Río y es uno de los desalojados. Ha tenido que recurrir a la solidaridad de sus vecinos: "La ayuda de la gente es lo que nos queda". La última gran riada que sacudió Lora del Río se produjo el 18 de diciembre de 1997. Ildefonso Rosa recuerda bien la fecha porque falleció su madre en aquella crecida. Su casa, que hace esquina con la alameda del río, fue la primera que se inundó entonces. Sacó todos los muebles, construyó un muro de ladrillo de medio metro y durmió de prestado. Trece años después, el arroyo Churre, afluente del Guadalquivir, ha vuelto a desbordarse. Como él, unas 75 familias de Lora fueron desalojadas de forma preventiva ante la continúa crecida del río, que alcanzó ayer una cota de 49 metros por encima del nivel del mar.

El caudal del Guadalquivir ha llegado en algunos puntos a niveles históricos. Es el caso del municipio de Andújar (Jaén) donde el río no alcanzaba los 2.000 metros cúbicos por segundo desde 1963. La situación más grave se vivió en la pedanía de Llanos del Sotillo de este municipio, donde el desbordamiento obligó a la evacuación de sus 300 vecinos, la mayoría durante la noche del martes y otros, los que se resistieron a abandonar sus casas, ayer por la mañana utilizando incluso barcas.

En Córdoba capital, el comité asesor del Plan de Emergencias decidió declarar "zonas evacuables" los núcleos de Majaneque, La Forja, Cortijo del Rubio, Fontanar de Quintos y la Altea-Guadalvalle, cerca del aeropuerto, para garantizar la seguridad. Por lo tanto, quedó prohibido el acceso y tránsito por las zonas. Se pretende evitar que los propietarios vuelvan a las casas, muchas de ellas ilegales. Un agente de la Policía Local de Córdoba se quejaba ayer: "A muchos de estos vecinos los desalojamos ayer [por el martes] pero han vuelto". En esta ciudad hasta ayer se habían tenido que evacuar unas 216 casas. "Lo que ha ocurrido debe servir como llamada de atención. El agua es muy tozuda y donde tiene que estar, estará", dijo el alcalde, Andrés Ocaña (IU).

Con información de Elsa Cabria, Ginés Donaire y Manuel J. Albert.