"La ayuda de la gente es lo que nos queda después de las lluvias"

Como un dominó. Primero fue en la provincia de Jaén. Luego, en la de Córdoba. Y, por último, en la de Sevilla. Las fuertes lluvias hicieron que el caudal del Guadalquivir se disparara a partir del martes por la mañana. Y el resultado es el desalojo de entre 1.200 y 1.500 personas hasta la mañana de ayer al inundarse sus casas. La crecida afectó a 410 viviendas, muchas de ellas ilegales. Las presas están al límite y la Junta tuvo ayer que desembalsar agua preventivamente en 32 pantanos de esta cuenca.

Ildefonso Rosa vive en el municipio sevillano de Lora del Río y fue uno de los desalojados. Ha tenido que recurrir a la solidaridad de sus vecinos: "La ayuda de la gente es lo que nos queda después de las lluvias". La última gran riada que sacudió Lora del Río se produjo el 18 de diciembre de 1997. Ildefonso Rosa recuerda bien la fecha porque falleció su madre en aquella crecida. Su casa, que hace esquina con la alameda del río, fue la primera que se inundó entonces. Sacó todos los muebles, construyó un muro de ladrillo de medio metro y durmió de prestado. 13 años después, el arroyo Churre, afluente del Guadalquivir, ha vuelto a desbordarse. Con gesto afligido, este empleado de una fábrica de naranjas contemplaba ayer cómo el agua rebasaba la acera de la alameda, una de las primeras zonas afectadas.

"A muchos de estos vecinos se les desalojó el martes pero han vuelto"

Asaja dice que el temporal ha causado 1.200 millones de pérdidas

Como él, unas 75 familias de Lora fueron desalojadas de forma preventiva ante la continua crecida del Guadalquivir, que alcanzó ayer una cota de 49 metros por encima del nivel del mar.Tras abrirse las compuertas del embalse de Peñaflor, el agua bañó también las avenidas del Castillo y de León XII que comunican la alameda con la urbanización Virgen de Setefilla, la primera zona desbordada en Lora del Río. Decenas de familias no fueron ni a trabajar ni a clase. Ejercieron de improvisados albañiles: cuanto más crecía el arroyo, más viviendas se tapiaban.

En Virgen de Setefilla, Antonio Rodríguez y su esposa Fátima salieron ayer por primera vez de su casa por la ventana del baño. La construcción, que hace esquina, fue la más afectada por su proximidad al arroyo Churre. Forma parte de un bloque de 17 viviendas unifamiliares construido en suelo inundable, en la ribera del arroyo. Y es que los chalés, que carecen de licencia de habitabilidad, están levantados por debajo de la cota de agua. Desde 2004, fecha de su edificación, han recibido varias denuncias de la fiscalía.

Los mayores de Lora recuerdan otra gran riada allá por 1963. Los vecinos dicen que el problema de entonces, y de 1997, es el mismo. "Hace falta un muro de contención". El alcalde, Francisco Javier Reinoso (PSOE), les dio ayer la razón. Pero se escudó: "Llevo años reclamándoselo a la confederación hidrográfica".

El caudal del río ha llegado en algunos puntos de Andalucía hasta niveles históricos. Es el caso del municipio de Andújar, en Jaén, donde el río no alcanzaba los 2.000 metros cúbicos por segundo desde 1963. La situación más grave se vivió en la pedanía de Llanos del Sotillo de este municipio, donde el desbordamiento obligó a la evacuación de sus 300 vecinos, la mayoría durante la noche del martes y otros, los que se resistieron a abandonar sus casas, ayer por la mañana utilizando incluso barcas.

En Córdoba capital, el comité asesor del Plan de Emergencias decidió declarar "zonas evacuables" los núcleos Majaneque, La Forja, Cortijo del Rubio, Fontanar de Quintos y la Altea-Guadalvalle, cerca del aeropuerto, para garantizar la seguridad de las personas. Por lo tanto, quedó prohibido el acceso y tránsito por las zonas. Se pretende evitar que los propietarios vuelvan a las casas, muchas de ellas ilegales.

La Policía Local de Córdoba se quejaba ayer: "A muchos de estos vecinos se les desalojó ayer [por el martes] pero han vuelto". En esta ciudad se han tenido que desalojar ya 216 casas. "Lo que ha ocurrido debe servir como llamada de atención. El agua es muy tozuda y donde tiene que estar, estará", dijo el alcalde de la ciudad, Andrés Ocaña (IU).

Mientras, las organizaciones agrarias ya están haciendo balance de las pérdidas. Coag pidió ayer la declaración de zona catastrófica para toda la cuenca del Guadalquivir por los cuantiosos daños en los cultivos, mientras que Asaja, que cifró las pérdidas en el campo andaluz en 1.200 millones, demandó la intervención del Ejército para facilitar el acceso a las fincas y granjas anegadas.

Con información de Elsa Cabria, Ginés Donaire y Manuel J. Albert.