Karzai toma el control de la comisión que investiga los fraudes electorales
La medida provoca la indignación de diplomáticos extranjeros y rivales políticos
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha aprobado un decreto que le entrega el control absoluto de la Comisión de Quejas Electorales, organismo responsable de detectar el fraude en los comicios. La iniciativa, que ha provocado la indignación de rivales políticos y diplomáticos extranjeros, permite al líder afgano nombrar a los cinco miembros de este grupo, que hasta ahora estaba integrado obligatoriamente por tres observadores internacionales designados por Naciones Unidas para garantizar su independencia.
La iniciativa amenaza con enfrentar a Karzai con los países occidentales que han prometido ayudar a financiar las elecciones parlamentarias del próximo 18 de septiembre, siempre y cuando Kabul ponga en marcha las reformas necesarias para impedir que se repita el fraude masivo de las presidenciales de 2009.
El decreto elimina la obligatoriedad de que la ONU designe a tres observadores
Un atentado con bomba causa siete muertos en Helmand
En aquellos comicios, la Comisión de Quejas Electorales fue clave en la investigación del fraude denunciado por los rivales de Karzai: anuló un tercio de los votos por fraudulentos, lo que impidió al presidente afgano ganar en la primera vuelta. En cambio, la Comisión Electoral Independiente, otro organismo de control cuyos miembros fueron todos nombrados por Karzai, apenas puso interés en investigar las denuncias de fraude, según coincidieron los observadores.
"Hace tiempo que queremos afganizar el proceso electoral y hace 10 días el Gabinete ha decidido aprobar un decreto que lo permite y el presidente lo ha ratificado", dijo ayer Karzai. El presidente afgano aprovechó que el Parlamento estaba en receso para aprobar y firmar la iniciativa y, según él, no puede ser anulada. "No podemos vivir sin un organismo electoral independiente e imparcial", respondió Abdulá Abdulá, principal competidor de Karzai en las presidenciales del año pasado.
Este paso preocupa, además de a los rivales políticos del presidente afgano, a los diplomáticos occidentales presentes en Afganistán, que ven con temor cómo la expulsión de observadores internacionales del proceso pondrá en tela de juicio, aún más, la credibilidad de los resultados electorales tras el fraude masivo de 2009. En aquellos comicios, Karzai fue proclamado ganador después de que Abdulá se retirara de la segunda vuelta. Un portavoz de la ONU explicó ayer que el organismo está examinando a fondo el decreto, según afirmó ayer The New York Times en su web.
Fuentes consultadas por varios medios occidentales apuntaron ayer que, para intentar calmar los nervios en Occidente, es posible que Karzai reserve voluntariamente dos asientos de esta comisión a personas designadas por la ONU. Una de ellas tendría derecho de veto. Pero esta posibilidad no aparece en el decreto.
La celebración de elecciones libres y justas son una parte esencial de la estrategia de Estados Unidos para que Afganistán vuelva a ser un país estable, junto a la batalla militar contra los talibanes que lleva a cabo la misión liderada por la OTAN para devolver el control del país al Gobierno de Kabul.
"Es vital que el Ejecutivo afgano aprenda la lección de los comicios pasados para trabajar con la comunidad internacional en los preparativos de las parlamentarias", declaró un portavoz del Foreign Office británico.
El decreto de Karzai ha sido aprobado justo cuando la OTAN continúa su ofensiva contra los talibanes en el distrito de Marjah, en Helmand. En esta provincia, la más violenta de Afganistán, murieron ayer al menos siete civiles y 14 personas resultaron heridas después de que estallara un artefacto colocado en una bicicleta. El portavoz del gobernador provincial, Daud Ahmadi, explicó que el ataque se registró en una zona concurrida en la ciudad de Lashkar Gah, la capital de Helmand.
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