España, libre de humos
Desde que el año pasado Trinidad Jiménez hiciera el primer comunicado referente a su intención de endurecer durante el primer semestre de 2010 la ley antitabaco vigente sentí un gran alivio. Desde hace años sufro una enfermedad respiratoria que me ha apartado de todos aquellos bares, restaurantes y salas de conciertos donde impera la tiranía del fumador. Estos locales son la inmensa mayoría ya que, como todos saben, la permisiva ley actual no se cumple de manera efectiva en ninguna comunidad autónoma. Así que esperaba impaciente el momento en el que España se uniese a la Europa sin humos, que ya es mayoría. ¡Qué delicia cuando viajo a Francia, Reino Unido, Italia... y puedo entrar en cualquier establecimiento sin enfermar después durante varias semanas!
Sin embargo, las buenas intenciones de la ministra se han ido desinflando con el paso del tiempo, influida por la absurda alarma de la hostelería. ¿De verdad creen que los bares españoles se van a quedar vacíos si se prohíbe fumar en su interior? ¿Acaso ha sucedido eso en otros países? Cada fin de semana que acudo a algún restaurante sin humo y me resulta imposible encontrar un hueco libre sin reserva previa, sonrío con ironía. En España todo es mucho más difícil.
Si Trinidad Jiménez ha tenido el arrojo de abordar de una vez por todas la injusta situación en la que viven no sólo las personas como yo -que podemos optar por no acudir a locales con humo pese a la limitación que esto supone-, sino el sector de los profesionales de hostelería, trabajadores de segunda en cuanto a derecho a la salud se refiere, ¿por qué ahora es incapaz de fijar un plazo firme para su resolución?
No creo que el "consenso" con los temerosos hosteleros, que creen que España será un gran desierto tras la aprobación de esta ley, deba estar por encima del derecho de la población no fumadora a respirar aire puro y saludable.
Si el problema reside en la posible pérdida de votos, con estos vaivenes constantes van a conseguir que los más fieles votantes del PSOE empecemos a cuestionarnos la firmeza de este Gobierno.
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