Barones del PP piden explicar bien a los votantes por qué no hay pacto

La oferta de pacto que lanzó el pasado miércoles el presidente del Gobierno tiene muy preocupados a los estrategas del PP. Los populares están convencidos de que la oferta no es sincera, que el PSOE sólo quiere acorralar al PP, pero detectan que el mensaje de que son los populares los que no quieren el pacto está calando. Y la reunión del Comité Ejecutivo de ayer dejó muy claro que esa preocupación está instalada sobre todo entre los dirigentes regionales, que se la juegan en las elecciones de 2011.

Rajoy lanzó un discurso en la línea habitual: desprecio a la oferta del pacto y al propio Zapatero. Dijo que la comisión negociadora propuesta por el Gobierno y liderada por José Blanco es "una patada hacia delante". El ninguneo es de tal calibre que Rajoy ni siquiera ha designado aún qué interlocutores llevará el PP a la reunión del próximo jueves.

Pero entonces llegó el turno de palabra del resto de asistentes. Y Luisa Fernanda Rudi, líder del PP de Aragón -una comunidad que el partido espera recuperar en 2011- y dirigente muy respetada en el partido, dejó caer algo en lo que muchos estaban pensando pero que Rajoy no había formulado. "Zapatero está intentando ponernos en una situación complicada, a todos nos para gente por la calle para pedirnos que pactemos. Zapatero intenta que la gente perciba que la culpa es del PP".

Rudi hizo un análisis electoral que muchos dirigentes consultados comparten. "A nuestros votantes de siempre les encanta que metamos el dedo en el ojo a Zapatero. Pero hay otra parte del electorado que no lo entiende. Por eso hay cosas que hay que explicar muy bien", sentenció en referencia a la negativa a pactar.

El mensaje era muy claro: ojo con un discurso extremista, porque es en el centro donde se ganan todas las elecciones. Esa es una preocupación muy extendida estos días en las conversaciones de pasillo del PP.

El guante lanzado por Rudi lo recogió Pedro Sanz, presidente de La Rioja. Aunque suele estar en posiciones extremas, Sanz se juega también mucho en 2011, ya que su última victoria fue apurada y perdió la capital, Logroño. "Hay que tener cuidado con lo que se traslada", sentenció. Pero él fue mucho más lejos. Dijo que Zapatero tiene mayoría para gobernar, "pero si no, puede acudir a nosotros, proponer un Gobierno de concentración, con cinco o seis ministros del PP, con una política conjunta".

Entonces saltó Esperanza Aguirre, gran rival interna de Rajoy. "Estoy de acuerdo con Sanz, pero de política conjunta nada de nada. Los que sabemos gestionar la economía somos los del PP. Espero que no se filtre esto, pero es el momento de plantarle cara al Gobierno con esto de los pactos. Si quieren pactar, que nos den el ministerio de Economía y el de Trabajo, aquí tenemos a Javier Arenas y Cristóbal Montoro, que demostraron que saben hacerlo".

Todos los consultados señalan que Aguirre usó un tono irónico, para despreciar la idea del pacto. De hecho, la interpretación más extendida es que Aguirre quiso zanjar con esa frase la idea de los posibles pactos, ridiculizándolos. Rajoy tomó la palabra, pero evitó entrar a ninguno de los trapos. Admitió que habrá que hacer pedagogía, se quejó de que Zapatero ni siquiera le llama para el pacto, y dio por zanjada la reunión. Como si nada hubiera pasado.