Vigo, realidad y proyecto
En un contexto de dificultades económicas como el actual, el papel de las ciudades y sus áreas urbanas, con una fuerte dinámica endógena de crecimiento, resulta decisivo. Vigo desempeña en este contexto de búsqueda de nuevos modelos de crecimiento un papel estratégico. Vive al ritmo de su capacidad de competir nacional e internacionalmente y ha sido capaz, hoy e históricamente, de trasladar su impulso a la provincia, a Galicia y, por qué no decirlo, al resto de España.
Aun en un contexto de crisis, su economía resiste de forma ejemplar: la fábrica de automóviles más competitiva del grupo PSA, el conglomerado mar-industria más importante de Europa, el sector de construcción naval privada más importante de España, una indudable posición de liderazgo en el sector de la piedra natural. Son datos irrefutables que sitúan a esta ciudad como la cuarta urbe más exportadora de España.
Los ciudadanos han percibido la actuación de la Xunta en las cajas como una agresión
La falta de reconocimiento de la importancia de Vigo como motor económico de Galicia por parte de la Xunta se ve afortunadamente compensada por el compromiso del Gobierno de España con este liderazgo. Resulta innegable que las soluciones al importante déficit de infraestructuras de transporte se van materializando. Desde la alta velocidad ferroviaria, hacia A Coruña, Madrid y Oporto, hasta el nuevo edifico terminal del aeropuerto o la autovía libre de peaje a Pontevedra, estos son algunos ejemplos. Es verdad que aún queda mucho por hacer, pero los compromisos que el Gobierno de España ha asumido, y la capacidad de innovación de sus emprendedores tienen que permitirnos a todos los agentes económicos, sociales y políticos hacer de Vigo una de las grandes capitales del noroeste peninsular, una ciudad de referencia del arco atlántico europeo.
Esta apuesta por una potente área urbana está encima de la mesa y nos exige seguimiento y atención a todos los agentes, públicos y privados. Éste es el compromiso, inversiones, realidades y coordinación. Galicia, como espacio económico, tiene que construirse y competir internacionalmente, apoyada en sus áreas económicas expansivas. Se trata de un proyecto de país, y en este proyecto Vigo tiene que jugar un papel estratégico.
En este contexto, la dimensión financiera no es un tema menor. El 35% de los créditos, tanto a particulares como a empresas, los concede una única entidad, Caixanova. Una entidad solvente y con un proyecto viable sin necesidad de fusiones "inducidas". Una entidad que ha sido capaz, en determinados momentos de dificultades, de arriesgar, de jugar un papel vertebrador, implicándose con decisión en su territorio de referencia.
Casi parece un lugar común, de tan repetido, que el peso económico y demográfico y social de la ciudad, necesita verse apoyado por una acción política e institucional potente. El gobierno municipal, con el alcalde Abel Caballero a la cabeza, está jugando ese papel de liderazgo que los anteriores regidores no supieron o no pudieron jugar.
El peso político, junto con la iniciativa privada, que siempre ha respondido muy bien en Vigo, incluso en los momentos de dificultades, como la crisis de la pesca y la reconversión naval, son un capital al que la ciudad no puede renunciar. Tenemos que apostar todos por que en la actualidad, ante la crisis, el impulso privado con un fuerte apoyo público, nos sitúe en una posición de liderazgo.
Ha sido precisamente un claro ejercicio de confrontación por parte de la Xunta de Galicia en relación con la posible fusión de Caixanova y Caixa Galicia el elemento que ha conseguido que la ciudad tome conciencia de su capacidad y de su liderazgo. La ciudad de Vigo se ha autorreconocido en su fortaleza ante un actuación política que ha sido percibida por sus ciudadanos como una agresión. No podemos permitir más agresiones.
El potencial de Vigo está ahí, delante de nosotros y los que no quieren verlo se equivocan. Recuerdo perfectamente las palabras del ministro de Industria del Gobierno de España, Miguel Sebastián, que comentaba muy sorprendido cómo en todos sus viajes los responsables económicos y políticos le demandaban instalaciones industriales para que se instalaran en sus ciudades; aquí en Vigo, le demandábamos suelo industrial... las iniciativas empresariales ya las teníamos nosotros. Éste es el futuro.
Abel Losada es viceportavoz del PSdeG-PSOE en el Parlamento de Galicia.
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