Caixa Rural se expande y abre una oficina en A Coruña
"Hay que estar en las grandes ciudades, no limitarnos a lo agroalimentario"
En pleno debate sobre fusión sí, fusión no de las dos cajas de ahorro de la comunidad autónoma, la pequeña Caixa Rural Galega navega sola a contracorriente, con planes de expansión. La entidad con sede central en Lugo ha decidido entrar en A Coruña, donde abrirá el próximo jueves, día 25, su oficina número 44. Reforzará así su presencia urbana, hasta ahora configurada con cinco sucursales en la capital lucense, una en Ourense y otra en Santiago. "Estamos al margen de todo eso de la fusión de las cajas, tenemos una política contraria, apostando por incrementar personal y oficinas", afirma el director general de la entidad, Jesús Méndez.
Con 130 empleados, un volumen de negocio que ronda los 950 millones de euros y unos activos de 500 millones, Caixa Rural Galega cerró 2009 con un beneficio neto de 2,79 millones de euros. Representa una caída del 21,7% con respecto al ejercicio anterior, pero con todo y en medio "de la profunda crisis actual" la entidad que preside José María Pardo Montero se declara "satisfecha" con su balance anual por haber logrado incrementar los depósitos de los clientes y la inversión crediticia (en un 5,29%), así como conseguir contener el índice de morosidad, que se sitúa en el 2,83%, "claramente inferior" a la media del sector, superior a los cuatro puntos.
Hace años que se quedó sola, fuera del proceso de absorción que engulló a las demás cajas rurales de Galicia, las de Ourense, Pontevedra y A Coruña. Distinta de una caja de ahorros, al ser una cooperativa crediticia participada por 15.000 socios, la entidad privada está, no obstante, obligada por ley, al igual que Caixa Galicia o Caixanova, a destinar parte de sus beneficios a fines sociales.
"Es importante estar en las grandes ciudades porque aunque llevamos el apellido rural, por desgracia ya no podemos limitarnos a ese ámbito, dado que el sector agroalimentario sólo representa el 20-25% de la actividad, y tenemos que abrirnos a todos los sectores", explica Méndez. La plantilla el año pasado aumentó un 4%, también debido a "la satisfactoria marcha de la entidad" y su posición "ventajosa" para afrontar el actual escenario de crisis generalizada.
Con un índice de solvencia del 12,3%, Caixa Rural Galega destaca que ha "preferido sacrificar la cifra de beneficios para fortalecer las dotaciones y mantener un índice de cobertura elevado" de los activos dudosos, por encima del 133%. Se trata, añade la caja, de una "política de prudencia" iniciada hace ya varios años.