El sospechoso es el príncipe

Sus lujosas habitaciones y salones suelen alojar a los ricos y famosos que recalan en Londres, pero el hotel The Landmark ha sido esta semana escenario inhabitual de un sórdido asesinato que amenaza con desembocar en tensiones diplomáticas: el principal sospechoso es nada menos que un miembro de la familia real de Arabia Saudí.

El príncipe saudí, de quien sólo ha trascendido que tiene entre 30 y 35 años, fue detenido por 0 y 35 años, fue detenido por la policía a las pocas horas de que el personal del hotel hallara el cadáver de un compatriota que trabajaba a su servicio, en la noche del pasado lunes. Scotland Yard no ha revelado todavía la identidad de la víctima, cuyo cuerpo presentaba signos de haber sido golpeado salvajemente hasta la muerte; ni la del presunto autor hasta que se anuncie formalmente el arranque de la investigación, una vez concluido el examen post mórtem.

El establecimiento hotelero del barrio de Marylebone, magnífico edificio victoriano de ocho plantas e inconfundible gracias a su marquesina art nouveau, cuenta entre sus más fieles clientes con algunos miembros de la nutrida casa de los Saud, que pueden sufragar 590 euros a razón de una sola noche o decantarse por la suite más exclusiva cotizada en 3.300 euros.

Aunque ninguna filtración ha permitido identificar públicamente al sospechoso, ni ubicarlo en uno de los complejos anillos de poder de la realeza, los medios diplomáticos británicos se preparan para la eventualidad de un conflicto en el supuesto de que el personaje en cuestión reclame inmunidad.

La Embajada de Arabia Saudí en Londres, que ya ha recibido la notificación oficial de Scotland Yard, permanece atrincherada en el más absoluto mutismo, frente a los generosos titulares dispensados al suceso por la prensa británica. Al igual que ocurre con las legaciones de otros países, el personal y sus familiares gozan de una cobertura diplomática -aplicable a la familia real- que les exime de verse las caras con la justicia británica.