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Reportaje:

Socialismo en soledad

Preocupación en el PSdeG por el aislamiento en el debate de las cajas

Ya lo dijo Manuel Vázquez cuando sustituyó a Touriño: "No tenemos nada que ver con el nacionalismo". También aseguró que el PSdeG no volvería a gobernar a cualquier precio y que, llegado el momento, pondría al Bloque en el dilema de apoyarle como presidente o dejar que gobierne el PP. La nueva bisagra, dispuesta a plegarse tanto a derecha como a izquierda, sólo ha tardado 10 meses en chirriar. La inesperada alianza entre el PP y el BNG en la ley de cajas -o el descuelgue socialista, en versión rival- ha condenado al partido de Vázquez a una situación de insólita soledad.

El aislamiento sería más soportable si el motivo que lo ha desencadenado, la fusión de las dos cajas gallegas, no suscitara la división de opiniones que provoca en todos los partidos, pero mucho peor disimuladas en el socialista. No tanto por la oposición a la ley, cuestionada por muchos diputados, como por la postura oficial respecto a la integración de Caixanova y Caixa Galicia. "Si es que tal postura existe", bromea un diputado crítico.

Al abrir el abanico de posibles socios, el secretario general del PSdeG olvidó un escenario: el de la falta de aliados, por el que ahora transita. Todo lo contrario de lo que defendió su antecesor en el cargo, Emilio Pérez Touriño, en la conferencia que supuso su retorno al primer plano de la política, cuando recomendó establecer un cauce estable de diálogo con el BNG. No entraba en esos cálculos una foto como la que plasmó la firma del manifiesto Galicia ten dereito, en la que posaron los tres sindicatos, la patronal, el PP y el BNG. Con mención especial para UGT, quizás la presencia más dolorosa para los socialistas. Como la estrategia misma del PSdeG, la foto se analiza con muy variadas perspectivas en el grupo parlamentario. "Le estamos facilitando al PP el discurso del ultraje a Galicia", se lamenta un diputado de A Coruña. "Orgullosamente solos, ajenos a los pasteleos", se felicita otro de Pontevedra.

Un alto cargo del partido que pide el anonimato reconoce sin rodeos que la preocupación se ha extendido en el PSdeG. Sobre todo, ante una eventual absorción de Caixa Galicia por Caja Madrid. "Si eso ocurre y no somos capaces de explicarlo bien, podemos quedar laminados por muchos años", advierte. El mismo dirigente reconoce que el "desconcierto" de la mayoría parte no tanto de los cambios de estrategia de Manuel Vázquez como de las incógnitas que rodean el rechazo del Gobierno de Zapatero a la fusión: "No sabemos si es para forzar una negociación con Feijóo o para tumbar el proyecto sin más".

El escenario de un conflicto solucionado finalmente entre el ministro José Blanco y Feijóo, al estilo del Pacto del Obradorio para el AVE, es el que más preocupa a los diputados socialistas, tanto a los que defienden la fusión como a los que la descartan. "En esa foto sí que no salimos", vaticina un destacado diputado, también temeroso de una gran manifestación respaldada por el PP y el Bloque, "al estilo de las del Estatuto del aldraxe". Pero de momento, sólo ha habido una manifestación, la de Vigo, que ha jugado a favor de los intereses de Manuel Vázquez y ha dado nuevos bríos a los opositores a la fusión. Como resume un diputado del sur: "La verdad es que, desde la manifestación, los diputados del norte se han achantado un poco".

El antecedente del 'sorpasso'

En la historia de la autonomía de Galicia, hay que retrotraerse a finales de los años 80 para encontrar una situación de aislamiento como la que vive el PSdeG en el Parlamento. Gobernaba Felipe González y los socialistas gallegos tenían que hacer frente en solitario a los embates de medidas drásticas como la reconversión naval. El partido derivó en Galicia en un mero escalafón, aplastado entre una especie de confederación de alcaldes y la omnímoda ejecutiva federal. La situación condujo al sorpasso de 1997, cuando los nacionalistas obtuvieron por primera y única vez más diputados que los socialistas.

"El peligro que ahora tenemos es que se diluya todo lo conseguido desde el Congreso de Ourense, cuando el PSdeG se erigió en una entidad con una buena relación, pero no sometida a Ferraz", sostiene un diputado socialista, en referencia al cónclave en el que Touriño asumió las riendas del partido, en 1998. Los parlamentarios del sur, mientras, descartan que Manuel Vázquez actúe movido por presiones locales o de Madrid. "Su rechazo a la fusión está meditado y fue comunicado a todo el mundo", asegura uno de ellos. Otra cosa es el temor a que el éxito de la manifestación provoque "un nuevo polo de poder en Vigo". "Pero eso sólo preocupa en una parte del PSOE coruñés".

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