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"Súbele un pelín el precio a las imágenes y que Dios reparta suerte"

En los 1.000 folios que acumula ya el sumario de este caso figuran las denuncias de varias empresas perjudicadas por la trama corrupta que han ratificado las irregularidades cometidas en la rehabilitación de iglesias y retablos de Pontevedra y Ourense. Los relatos de estas firmas que sistemáticamente quedaron fuera de los contratos para rehabilitar patrimonio ponen de manifiesto que Carlos Gómez Gil "ofrecía a los párrocos subvenciones de la Xunta siempre que contrataran las restauraciones con empresas determinadas, motivo por el cual los párrocos se decantaban por estas ofertas más ventajosas".

La policía da credibilidad a estos testimonios. "En otras ocasiones las condiciones de los concursos de adjudicación de obras importantes en cuya redacción o valoración participaba [el funcionario imputado] eran orientados para que fuese elegida una empresa concreta", contaron a los agentes los directivos de empresas apartadas de los contratos.

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La policía constata incluso que algunas parroquias llegaron a recibir subvenciones de la Xunta sin que sus párrocos hubieran realizado trámite alguno para optar a las ayudas. En no pocas ocasiones, el dinero de la Consellería de Cultura o del Xacobeo iba a parar directamente a las empresas contratadas, sin pasar por institución alguna.

Las escuchas telefónicas ponen de manifiesto la forma de operar de la trama. En una conversación grabada el 29 de julio de 2009 a las 21.49 horas, Olga Q., representante de la firma Márquez Vieira CBC, avisa a Carlos Gómez Gil de que le va a mandar un presupuesto por un importe de 146.000 euros. Al escuchar esa cifra, Gómez Gil muestra su contrariedad por el precio: "A mí lo que me preocupa es que a partir de 50.000 euros sale a concurso".

El funcionario de la Xunta pregunta entonces por el coste de unas imágenes para la iglesia y se muestra más aliviado cuando la representante de la empresa las cifra en 11.000 euros. Entonces Gómez Gil invita a la representante de la firma a elevar el precio. "Lo de las imágenes no me parece caro porque al dividir entre tres las puedes dejar en 14.000 [euros], súbeles un pelín y el resto déjalo como está y que Dios reparta suerte", pide el funcionario de Cultura. La policía sospecha que el incremento del precio responde al interés de Gómez Gil de mantener contentas a las empresas "para que no hablen" con la Xunta o acudan a denunciarlo ante la policía, tal y como habían amenazado.

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