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Claret presume de haber resistido el envite de las fusiones en su despedida

El presidente de CajaGranada se despide tras ocho años y medio de mandato

Antonio Claret García se despidió ayer públicamente como presidente de CajaGranada con la satisfacción y el "legítimo orgullo" de haber cumplido sus compromisos. No sólo ha sido capaz de propiciar el crecimiento de la entidad, ahora más "fuerte y solvente", sino que ha logrado mantenerla al margen del debate político. El consenso entre las principales fuerzas políticas, sociales y económicas de la provincia era difícil de imaginar a su llegada a la entidad, en 2001, y aún perdura. Pero sobre todo destacó su resistencia al envite de las fusiones, incluso en contra de la aspiración del Gobierno andaluz.

"Al asumir el cargo dije que dejaría el carné en la garita de entrada todos los días y lo recogería al salir", manifestó. Esta decisión, que obedece al convencimiento de que el papel de los partidos "termina el día que nombran a sus representantes en la caja", seguro que le ha provocado algún desencuentro, pero también el reconocimiento de la sociedad granadina, que ha visto en el actual dirigente el principal defensor de la autonomía de CajaGranada, tan arraigada en la provincia. La asamblea le dio el mandato de no participar en procesos de fusión a no ser que los liderara. Y así lo ha defendido.

Claret estaría "encantado" de ir al Banco Europeo de Finanzas

Claret, que será relevado por el ex alcalde socialista Antonio Jara el próximo jueves, exhibió las notas con las que se presentó por primera vez ante los medios hace ocho años y medio. "Sosiego, tranquilidad, fortaleza y autonomía sin aislamiento" eran los objetivos que, subrayó, se han cumplido de forma "más que suficiente". Y eso que llegó tras un periodo de fuerte enfrentamiento político durante la presidencia de Julio Rodríguez, que alcanzó su clímax con la aparición del Informe Ataujía, un documento que desveló el PP y que supuestamente planificaba cómo favorecer los intereses electorales socialistas.

En su última comparecencia, destacó la evolución de la caja estos años, en los que el volumen de negocio ha crecido por encima del 18% anual, y dedicó especial atención a la Obra Social, de la que se siente "orgulloso". Aseguró que se percataron antes que otros de la crisis y se esforzaron en aumentar las reservas. "Me voy satisfecho, aunque queden cosas por hacer".

Los intentos de CajaGranada para fusionarse con Cajasur o Caja de Jaén, que no prosperaron, no dejan un sabor amargo al dirigente. "No creo que haya dicho que no me han dejado hacer algo", respondió en alusión a una supuesta negativa de la Junta a la intentona. "En la vida uno debe fiarse de sus propias fuerzas (...) los granadinos somos muy aficionados a pensar que las cosas tienen que venir de fuera. Y no. Son lo que nosotros seamos capaces de hacer", aclaró.

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Ante el nuevo mapa financiero, CajaGranada trata de "ganar cuota de mercado" con los clientes "desabastecidos" en Jaén y Córdoba. Cuando deje la presidencia se reincorporará a su puesto de oftalmólogo en el Hospital Clínico, si bien avanzó que aceptaría "encantado" la más que probable opción de ser alto cargo en el Banco Europeo de Finanzas, el banco propiedad de las cajas andaluzas. Lo que es seguro es que va a dejar "la primera línea de la vida pública", apuntó, para dejar claro que no será candidato a la alcaldía.

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