Paquillo confiesa ante la Guardia Civil
El marchador granadino, que reconoció estar en posesión de productos dopantes, quiere obtener una reducción en su sanción a cambio de colaborar en la investigación de la Operación Grial
Acompañado de su abogado, José Rodríguez, el marchador granadino Paquillo Fernández se presentó ayer en Madrid ante los agentes de la Guardia Civil que llevaron a cabo la Operación Grial y, tras confesar que había estado en posesión de sustancias dopantes, se comprometió a colaborar en la investigación de la trama de dopaje que, supuestamente, había organizado en Valencia el médico Walter Virú. Cumplido este trámite, el atleta, cuyo domicilio en Guadix registró en noviembre pasado la Guardia Civil, envió una carta a la Federación Española de Atletismo y un comunicado a los medios de comunicación reconociendo los mismos hechos.
"Como consecuencia de los resultados deportivos obtenidos en los Juegos Olímpicos de Pekín y en el Campeonato del Mundo de Berlín, y ante la presión por recuperar el alto nivel competitivo, cayó en la tentación de adquirir productos prohibidos con la intención de intentar utilizarlos en las principales competiciones que se iban a celebrar durante el año 2010. Afortunadamente, esos productos nunca han llegado a ser utilizados", dice Paquillo en un comunicado redactado en tercera persona. El atleta nunca ha dado positivo en un control antidopaje.
El atleta mantiene que nunca llegó a utilizar las sustancias ilegales que compró
Y se justifica en "la presión por recuperar el alto nivel competitivo"
En el registro de su casa, pocas horas después de la detención del médico Walter Virú, de cuyos envíos por Seur a Guadix los agentes tenían constancia, la Guardia Civil halló, entre otros productos, frascos con etiquetas de Actovegin y viales de EPO. Su contenido está siendo analizado por el laboratorio antidopaje de Madrid. Pese a las evidencias, Paquillo siempre había negado los hechos y proclamado su inocencia, lo que le había conducido a un callejón sin salida: podía competir, pero había perdido el crédito y el respeto de rivales y aficionados. Finalmente siguió los consejos de su abogado, mostró su disposición a colaborar ante el Consejo Superior de Deportes y acabó ante la Guardia Civil, a cuyos agentes ofreció datos de cómo se procuró las sustancias dopantes a través de la red de Virú.
La ley española antidopaje, que alienta la colaboración de los deportistas, el Código Mundial Antidopaje y el reglamento de la federación internacional (IAAF) contemplan una reducción de hasta el 50% de la sanción de los deportistas que colaboren con la investigación de delitos de dopaje. Dado que la mera posesión de sustancias dopantes equivale a su consumo, la sanción mínima que correspondería al triple subcampeón mundial, y plata olímpica en Atenas 2004, es de dos años. Una vez recibida la autoinculpación del atleta, la federación española lo sancionará automáticamente, y deberá ser la IAAF quien le aplique la reducción prevista en el artículo 40.c de su reglamento. Paquillo podría ser sancionado, entonces, con un año a contar de su última actuación oficial, la temporada pasada, con lo que podría volver a competir en enero de 2011, con tiempo para llegar en forma al Mundial de Daegu (Corea del Sur) y, un año más tarde, a los Juegos Olímpicos de Londres. De hecho, para no alargar el cómputo de su sanción, Paquillo renunció el pasado sábado a competir en Dublín. Tampoco lo hará el sábado próximo en el GP de Catalunya en Granollers.
"El sistema funciona. Cuando los deportistas reconocen su error, la ley contempla su arrepentimiento", dijo Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, quien valoró el "coraje" y el "ejemplo" de Paquillo y animó a otros deportistas con problemas a hacer lo mismo. "Es bueno romper el círculo de silencio. Quien crea que tenga algo que decir, que lo diga, contará con todo nuestro apoyo".
Paquillo no es el primer deportista español que colabora con la policía en busca de beneficios en su sanción. El ciclista Moisés Dueñas, positivo en el Tour de 2008, y detenido por la policía francesa, aconsejado por el mismo abogado que Paquillo, colaboró con la policía, a quien proporcionó el nombre del médico que le había suministrado la EPO, Jesús Losa. Por ello, la federación española sancionó a Dueñas con sólo un año.
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