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Seis ancianos mueren en una residencia al incendiarse un colchón eléctrico

El humo se extendió por la planta de los pacientes con menor movilidad

"Era un infierno de llamas y calor. Me estaba asfixiando y bajé a la primera planta, cuando sentí los gemidos de dolor de los ancianos que se estaban quemando. Volví pero no se veía absolutamente nada". Salvador Fernández sintió rabia e impotencia cuando la noche del lunes vio desde la calle el fuego y acudió al rescate de los seis ancianos que fallecieron por el incendio en la residencia privada Aurora de Sevilla. Sólo pudo trasladar a un hombre impedido antes de que los agentes intentaran controlar el caos de humo y llamas.

La policía apunta a un colchón antiescaras, cuyo mecanismo eléctrico falló, como origen del incendio. El colchón pertenecía a la anciana carbonizada, Lucía Miranda, que padecía la enfermedad de Huntington, que la mantenía postrada en la cama. "Casi con toda seguridad la incidencia eléctrica se originó en el colchón, posiblemente por un fallo del cableado", señalaron fuentes policiales. Un inspector jefe de la Policía Científica confirmó que no hay "indicios criminales" en el incendio.

Cinco personas permanecen en las unidades de quemados
El geriátrico tenía pendiente actualizar su plan de autoprotección

El suceso, que se inició a las 23.56 del lunes, se cobró la vida de seis ancianos entre 65 y 96 años -cuatro mujeres y dos hombres, todos por inhalación de gases, excepto una que falleció carbonizada- y otras 11 personas resultaron heridas, aunque sólo cinco de ellas permanecían ingresadas ayer en las unidades de quemados de diferentes hospitales. Tres de ellos están graves. Los gases provocaron que hasta 25 personas, entre ellas cuatro policías, fueran atendidas por los servicios sanitarios.

"La situación era de auténtico pánico. Una locura. Una de las dos enfermeras tenía un ataque de nervios increíble", relataba Fernández, que presenció desde la calle el inicio del fuego. Las llamas se iniciaron en la última habitación de la segunda planta de la residencia, cuyas ventanas tienen rejas. Las llamas no pasaron al resto de habitaciones. Pero el humo se extendió por toda la planta, que albergaba a los pacientes con menor movilidad y esto resultó fatal pese a la pronta llegada de la Policía Local y los bomberos. El informe de la Policía Científica despejará la próxima semana todas las dudas pendientes.

La residencia Aurora obtuvo la "autorización previa de creación" en mayo de 2002. Era de titularidad privada y, aunque no estaba concertada con la Junta de Andalucía, necesitaba del permiso autonómico para poder operar. La Consejería de Igualdad sostuvo ayer que la "resolución de funcionamiento" se le concedió en febrero de 2006. Tenía permiso para alojar a 22 ancianos, aunque en el momento del siniestro sólo tenía 19 plazas ocupadas.

La última inspección de la Junta de Andalucía se llevó a cabo en septiembre. Según detalló la Consejería de Igualdad, los inspectores señalaron en su informe que la residencia "debía adecuarse a los criterios establecidos en el real decreto sobre Norma Básica de Autoprotección de los Centros", un texto de 2007. Pero Igualdad se negó a aclarar ayer qué aspectos concretos debía actualizar la dirección del geriátrico. Estaba previsto realizar una nueva inspección en marzo para comprobar "esa adecuación normativa".

Igualdad añadió que en 2002 y en 2006 la residencia sí "cumplía con toda la normativa en vigor, tanto en materia de accesibilidad, como térmica, acústica, medidas contra incendios, plan de evacuación y emergencias", además de contar con la "ratio de personal legalmente exigible para estos centros". Sin embargo, la Junta de Andalucía no especificó ayer los apartados de la normativa vigente ahora que incumplía el centro.

El defensor del pueblo Andaluz, José Chamizo, ha abierto una queja de oficio para investigar las circunstancias del incendio, mientras que el Ayuntamiento sevillano ha decretado tres días de luto oficial en "memoria y recuerdo" de los seis fallecidos.

Un anciano es ingresado de nuevo en la residencia tras ser atendido en un centro hospitalario.
Un anciano es ingresado de nuevo en la residencia tras ser atendido en un centro hospitalario.EFE

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