Falsos inmigrantes en Sol

"Esto tiene que ser un anuncio", le decía una octogenaria a su compañera de paseo. "No, están haciendo como si descubriesen de nuevo la ciudad", comentaba más acertado un joven. Durante unos minutos nadie entendía qué estaba pasando en la Puerta del Sol cuando ocho actores cargados con una maleta se encaramaron al Oso y el Madroño e invitaron al personal a subir con ellos.

La responsable del desconcierto fue la compañía de teatro Kamchàtka que, dentro de la programación del Festival Escena Contemporánea, representó ayer en la Puerta del Sol y en la estación de Atocha un número silencioso cargado de improvisación e interacción con el ciudadano.

"Nunca me habría imaginado estar tumbado al sol, aquí, en plena calle", se sorprendía Juan, con las piernas abiertas y la cabeza apoyada en una maleta. Él, que había tenido un mal día tras su visita a la oficina de empleo y después de recibir la noticia de que le van a embargar el piso, disfrutó del momento en el que un tipo con traje de otra época y maleta desvencijada le cogió de la mano y le hizo recostarse en el suelo. El beso y el abrazo que el viajero le dio después terminaron de dibujarle la sonrisa.

Los juegos entre actores y público siguieron durante casi una hora hasta que una de las improvisaciones dejó de hacer gracia a la Policía Municipal y, sin quererlo, varios agentes entraron en el juego. La decisión del grupo de cortar el tráfico con ciudadanos subidos a hombros indignó a un policía: "¿Es que no me entiendes, no hablas mi idioma?", repetía insistentemente a uno de los actores, que miraba al infinito.

Maika Eggericx, una de las actrices, explicó después que su intención no era provocar: "Somos ocho inmigrantes que aparecen en una ciudad en la que no entienden sus códigos, su idioma... Lo que pretendemos es que nos acojan". El recibimiento lo sintieron con el calor del público y una multa por cortar la circulación.