Montilla evita valorar el acoso extremista de Cunit

El presidente de la Generalitat, el socialista José Montilla, pasó ayer de puntillas sobre la actuación de la alcaldesa de Cunit y senadora por Tarragona, la también socialista Judit Alberich, en el caso de Fatima Ghailan. La mujer es una trabajadora municipal que, supuestamente, sufrió el acoso de cuatro miembros de la comunidad islámica de Cunit por llevar un modo de vida occidental. La fiscalía pide para los imputados entre dos y cinco años de cárcel por los delitos de amenazas, coacciones y calumnias. Alberich solicitó a la víctima que retirara la denuncia contra sus presuntos acosadores y evitó la detención de uno de ellos, el imán de la localidad, para "no generar un conflicto social", según declaró la edil al Juzgado de El Vendrell que lleva la causa.

Montilla regateó el asunto: "Dudo de que una alcaldesa tenga poder para evitar una detención, pero hay que cumplir la ley", señaló sin más.

Ghailan denunció en una entrevista a EL PAÍS que la alcaldesa se negó a notificar al juez que los presuntos acosadores quebrantaron la orden de alejamiento. Tal posibilidad desencadenó el silencio forzado del PSC. "No hablaremos sobre el tema porque está en manos de la justicia", precisó un portavoz antes de admitir que el papel de Alberich no se halla en manos de ningún juzgado.

El mutismo político contrasta con la movilización ciudadana. Las asociaciones vecinales de Cunit reclamaron la dimisión de la alcaldesa por "obviar los derechos y deberes que establece la Constitución", señaló en una nota la federación de entidades de vecinos de la localidad. En Facebook, un grupo creado para apoyar a Ghailan rozaba anoche los 460 miembros. Otro grupo de repudia a la actitud de la alcaldesa sumaba casi 90 afiliados.