El poder de "la boina" reta a Génova
El ya ex presidente del Partido Popular de Ourense, José Luis Baltar Pumar, tiene una muletilla por la que se le identifica. "¡Feito!", que significa "¡Hecho!", y con la que contesta a las peticiones de cualquier interlocutor. Ha convertido los favores en su seña de identidad política, hasta el punto de reivindicarse como un "cacique bueno" y de emplear en la Diputación provincial, que sigue presidiendo, a cientos de alcaldes de su partido y familiares de éstos. Entre esos favores, uno de los más sonados fue el de contratar a 33 personas para atender la seguridad de tres puertas en el edificio cultural de la Diputación. Ayer los alcaldes votaron en considerable número en el congreso en el que resultó vencedor su hijo.
El PP de Baltar ha sido durante dos décadas el PP de "la boina": la representación del poder de los alcaldes rurales, sin los cuales tampoco se entendería la victoria de los populares en la Xunta.
Amparado en lo codiciado de sus votos, Baltar ha echado varios pulsos a la dirección autonómica y nacional. En 2003, puso en jaque la mayoría parlamentaria de Manuel Fraga mediante el encierro en un piso de Ourense de su hijo y otros cuatro diputados autonómicos. Hace apenas seis meses -con el congreso ya en perspectiva- intentó lanzar un órdago similar al actual presidente autonómico y líder del PP de Galicia, Núñez Feijóo, mediante la distribución de una carta, firmada por sus alcaldes, en la que reprochaban al presidente su "mal trato hacia Ourense". Esta misma semana desatendió las peticiones de Rajoy para pactar una lista de integración. Ayer, su hijo y sucesor proclamó su orensanismo y reclamó de Feijóo y Rajoy "igualdad real y no de boquilla" para la provincia.
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