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Moda

Doble ración de chispazos eróticos

Givenchy y Valentino cierran en clave sensual la semana de la alta costura

Eugenia de la Torriente

La alta costura ha llamado y quiere que le devuelvan el espectáculo. Pero en estos días de apreturas hasta la fantasía se dispensa en chispazos más que en grandes descargas. Acaso poco sorprendentemente, muchos de esos destellos parten de un recurso de probada eficacia: el erotismo. En ese lugar común desembocaron por caminos inversos Givenchy y Valentino. Riccardo Tisci, diseñador de la primera, demostró el martes por qué se ha convertido en un valor seguro para esos hipotéticos nuevos clientes de alta costura. Que ansían más parecerse a una estrella del rock que a una princesa de cuento.

Por primera vez, Tisci partió de una referencia histórica: el oscuro erotismo parisiense de los setenta. Pero consiguió llevarlo a su propio terreno, el del romanticismo gótico. No sólo eso. Hubo incluso imaginativos acercamientos a los principales clichés latinos: del traje de luces al vestido goyesco. Es cierto que acabó cayendo en la tentación principesca con dos incongruentes y pomposos vestidos finales. Pero el italiano hizo factible, por unos instantes, la utopía de una alta costura contemporánea.

La sensualidad de Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli en su tercera colección de alta costura para Valentino era mucho más cándida. Un paraíso privado, poblado de tentaciones, extraños insectos y equívocas transparencias. Piensen en Avatar, quítenle mucho azul, y se acercarán. Cuerpos enrollados por bandas de muselina en tonos desnudos y surcados por tiras flúor coqueteaban con el bondage sin perder el decoro. La fórmula resultaba pretenciosa a ratos, pero dio sus frutos en un traje largo con ramas de coral flotando por la piel desnuda. Y sirvió para actualizar el símbolo de la casa: un minivestido mezclaba dos tonos de falso rojo con un descaro desconocido. No está muy claro qué opinará Il Maestro de esta fiesta de ninfas juguetonas con ojos vendados, pero sirve para que su nombre camine por fin sin su ayuda.

Pedir hoy algo más que chispas -un buen fuego que caliente fantasías- sea tal vez demasiado. Pero hay mucho que agradecer a los que al menos se esfuerzan en avivar la hoguera. Jean Paul Gaultier, con su inquebrantable y traviesa ilusión, es uno de ellos. Su optimista desfile de ayer, inspirado en México, terminó con la cantante Arielle Dombasle entonando el Cucurrucucú, paloma. Antes, el diseñador francés exhibió sus conocimientos de anatomía femenina con vestidos en los que el tafetán se trenzaba como en una cesta sobre el cuerpo y se deslizaba por las piernas desnudas.

Si en algún sitio no están para experimentos es en Maison Martin Margiela. Tras la retirada del modista hace unos meses, un equipo anónimo se encarga del diseño. Por ejemplo, de la colección Artisanal de ayer: trajes creados con insospechados objetos (CD o escobillas de túnel de lavado). Por primera vez, se les dio unidad y las 11 prendas partían de vestidos vintage manipulados para obtener una pieza distinta de la original. El resultado sólo es apto para alguien con la agenda social de Lady Gaga, pero el juego de reconstrucción suscita curiosidad. La misma, pongamos, que un puzzle hecho por otro.

El italiano Riccardo Tisci se inspira en el erotismo de los años setenta en su colección de alta costura de Givenchy para primavera de 2010. La sexualidad de un esmoquin combinado con top de plumas remite a las fotografías de Helmut Newton.
El italiano Riccardo Tisci se inspira en el erotismo de los años setenta en su colección de alta costura de Givenchy para primavera de 2010. La sexualidad de un esmoquin combinado con top de plumas remite a las fotografías de Helmut Newton.TEXTO: EUGENIA DE LA TORRIENTE / FOTO: L'ESTROP
Aunque la inspiración para su colección de alta costura de primavera 2010 partió de una exposición en Londres sobre Moctezuma, Gaultier amplia sus referencias a todos los tópicos de la cultura mexicana. Este conjunto en denim bordado recibe el <i>sutil</i> nombre de <i>Mariachi Tequila</i>.
Aunque la inspiración para su colección de alta costura de primavera 2010 partió de una exposición en Londres sobre Moctezuma, Gaultier amplia sus referencias a todos los tópicos de la cultura mexicana. Este conjunto en denim bordado recibe el sutil nombre de Mariachi Tequila.TEXTO: EUGENIA DE LA TORRIENTE / FOTO: L'ESTROP

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