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Las toscas cuentas de la consejera

Afirmar que la manipulación, la distorsión torticera, la falsedad sin disimulo, la reiteración de consignas rancias y la falacia se han convertido en el ejercicio permanente de los políticos del PP valenciano no es ningún descubrimiento ni ninguna novedad. Yo, que básicamente sólo me fijo en aquellas afirmaciones que tienen que ver con la política cultural, ya he perdido mi capacidad de indignarme y sorprenderme, de manera que me va resbalando lo del expolio de El Cabanyal, la disolución del Circuit Teatral Valencià, el no-director del Museo San Pio V, la obscenidad de Canal 9, la demolición del sector del doblaje, el ninguneo a las bandas de música, las fallas y Zapatero etc...

No se pueden juntar tantas imprecisiones, errores y falsedades en tan poco espacio

Sólo muy de cuando en cuando, aparece alguna barbaridad muy grande que me rescata de mi narcotizada existencia y solivianta esa parte de mis entrañas que aún está convencida de que no todo vale. Lo último que lo ha conseguido han sido las declaraciones de la consejera de Cultura en rueda de prensa y artículo anejo en Las Provincias, comentando algunos datos del Anuario de Estadísticas Culturales 2009. En fin, no se pueden juntar tantas imprecisiones, errores conceptuales, falsedades e interpretaciones falaces en tan poco espacio. Todo ello presentado con el desparpajo que proporciona la limitación intelectual de nuestra guía en política cultural.

El primer dato con el que nos impresiona es el notable crecimiento de la ocupación en los sectores culturales valencianos. Por cierto, los asesores/as de la consejera muestran ciertas dificultades para calcular porcentajes. Pero, sin embargo, fíjense de dónde debíamos partir en 2004 (que, si no recuerdo mal, ya llevaban gobernado ocho años estos chicos y chicas del PP) que, aun con ese crecimiento, en 2008 la proporción de población ocupada en el sector de la cultura se sitúa 3 décimas por debajo de la media nacional (2,5% de la población ocupada en la Comunidad Valenciana (CV) frente al 2,8% del conjunto de España). Los saltos notables en términos de ocupación fueron el 2005 y el 2007, pero la contribución de la Consejería de Cultura a este incremento de la ocupación creo que no puede encontrarse más allá de los empleados en esas fundaciones culturales fantasma que utilizan para colocar a familiares amigos y saludados. El empleo generado por Orange Market no vale, ya que su código en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) no entra en los sectores culturales.

Más aún, si observamos con detalle los resultados de la EPA hasta el segundo trimestre de 2009 podemos comprobar que desde que Trinidad Miró accedió al cargo (segundo trimestre de 2007) las cosas van francamente mal para todos los sectores culturales en términos de ocupación.

Muestra de esa constante ligereza conceptual, vuelve a confundir, afirmando que 3,6 millones de turistas visitan nuestra Comunidad por motivos culturales, cuando lo que tenía que afirmar es que 625.100 españoles viajaron a la CV por motivos culturales y que casi 3 millones de turistas extranjeros (de los 5,7 millones que llegaron a la CV) realizaron alguna actividad cultural (pero no que su motivación principal fuera cultural).

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La realidad del turismo cultural es que en 2008 la Comunidad Valenciana fue la autonomía con un porcentaje menor de viajeros por motivo cultural del total de viajes por ocio, recreo o vacaciones. Y que fue una de las que mayor proporción de turistas extranjeros no realizaron ninguna actividad cultural. Vanagloriase de un mayor crecimiento medio durante el período 2004-2008 (que son 5 años y no 4 como señala la consejera continuamente) para seguir ocupando las últimas posiciones en cualquier listado ordinal meritorio no deja de mostrar las limitaciones de la interpretación.

Otra mentira clara y diáfana: y hemos conseguido situarnos en la primera autonomía en cuanto a oferta museística por habitante.

Como puede comprobarse, la oferta museística por habitante se sitúa en una posición modesta y tiene muchas autonomías por encima, algunas tan potentes culturalmente como Murcia o Extremadura.

También en el caso de las Artes Escénicas, Trinidad Miró, sin rubor, afirma que el número de personas que asistieron a espectáculos teatrales convierte a la Comunidad Valenciana en la segunda autonomía de toda España en cuanto a número de espectadores en términos absolutos, sólo por detrás de Madrid. También falso. No hay ninguna información sobre número de espectadores en términos absolutos. De nuevo nos imaginamos que se refiere a los datos de la Encuesta de Hábitos y Consumos Culturales de 2006-2007 (que ya estaba publicada y que no supone ninguna novedad en el Anuario de Estadísticas Culturales 2009) y que se refiere al porcentaje de ciudadanos que declaran haber asistido a algún espectáculo durante el último año (sobre el que aún no tenía ninguna responsabilidad la consejera). Y todas las consideraciones que realiza a continuación sobre variaciones entre la Encuesta de Hábitos y Consumos Culturales de 2006-2007 con la de 2002-2003 no son más que incongruencias derivadas de la comparación de dos datos que no se pueden comparar ya que las encuestas presentan metodologías distintas.

El monto de las inversiones de los presupuestos del Estado en cultura para la Comunidad Valenciana es un dato que han calculado los técnicos de la Consejería y si tiene la misma pericia técnica con la que han triturado el Anuario de Estadísticas Culturales, doy por seguro que se han equivocado bastante, pero sirve para escenificar la consigna de la obsesión de Zapatero por castigar a los valencianos.

Lo que no revela la consejera de Cultura es que también el gasto público por habitante en cultura de la consejería está bastante a la cola (41,3 euros de media española frente a 30 euros en la Comunidad Valenciana en 2006; 44,4 euros de media española, frente a 37,4 en 2007). Para llegar a la media nacional en 2007 se hubiera tenido que gastar 35 millones de euros más, pero para alcanzar niveles como los Cataluña o Castilla-León, debería destinar unos 100 millones de euros más a la cultura.

Bueno, que sigan los bárbaros. Uno queda exhausto y listo para volver al letargo.

Pau Rausell es miembro del área de investigación en Economía Aplicada a la Cultura en la Universitat de València.

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