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Reportaje:Catástrofe en Haití

"Para nosotros ya son un hijo más"

Familias de Cataluña esperan con ansiedad la llegada de cuatro niños desde un orfanato de Puerto Príncipe

Juan Diego Quesada

En el retrato, un gallo corretea detrás de cuatro niños de cara triste que miran con asombro al fotógrafo. A un lado se ven las ruinas del que antes era su hogar: La Casa de los Ángeles, un orfanato a las afueras de Puerto Príncipe. Son Tania, Polycia, Daphekaina y Nick, unos chiquillos adoptados por unas familias catalanas poco antes del terremoto que asoló Haití. Estaban a punto de llegar a España, pero la catástrofe se tragó los documentos de la adopción y de golpe, ellos, que iban a empezar una nueva vida lejos de la miseria, se vieron rodeados de cadáveres y destrucción.

Han sido semanas de gestiones y papeleos para conseguir que el Gobierno de Haití, tan resquebrajado como el propio país, autorizase la salida de los pequeños. Por fin, una delegación española está a punto de trasladarlos a República Dominicana, según ha informado la Generalitat de Cataluña. Desde allí se harán nuevos trámites para que puedan llegar a su nueva casa lo antes posible.

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Las cuatro familias adoptivas viven pegadas al teléfono. Sólo lo sueltan este mediodía para ver la fotografía, hecha por un periodista de este diario, que corrobora que los niños se encuentran en perfectas condiciones. Han sido días difíciles. Desde Haití llegaban noticias de saqueos, asesinatos y robos de niños tras el terremoto. Y ellos no podían hacer nada.

Se han reunido los padres en la cafetería de un centro cultural y por el teléfono no paran de llegarles buenas noticias: la salida de los niños es inmediata, el Gobierno y la Generalitat están haciendo todo lo que está en su mano, los pequeños van acompañados por una delegación española, podrían llegar en 48 horas... pero ellos, hasta que no les vean aquí, no van a estar tranquilos. Reyes, de la mano de su marido Darío, padres ambos de Daphekaina, explica que la situación en la zona no le deja confiarse: "Es un caos, puede pasar cualquier cosa. Incluso hay réplicas del terremoto".

Aurelio Márquez y Cristina Esteban, padres adoptivos de Nick, se enteraron por la radio del desastre y desde entonces apenas han pegado ojo. Tienen dos niñas: una biológica, de nueve años, y otra adoptada, de siete y origen chino. Ellas también sufren. Nick será el tercero. Cristina tiene el ánimo muy bajo, sobre todo porque ahora ya estaba todo arreglado, después de cuatro años de papeleo para conseguir la adopción. "Estamos destrozados", cuenta Aurelio Márquez, "para nosotros ya es un hijo más. Mira, cuando recibes por primera vez su foto, cuando le ves la cara, ya es tu hijo. Para los padres adoptivos, ésta es como la primera ecografía".

El 12 de enero, día del terremoto, está marcado a fuego en la memoria de Aurelio Fernández, que va de aquí a allá, no para de hablar por el móvil, y su mujer, Silvia Javierre, le pide calma. Ese día, un seísmo arrasó Haití y con él las esperanzas que él tenía de ver pronto a su nueva hija. No contactó con nadie del orfanato hasta dos días después. Aunque el inmueble se había derruido en parte, los niños estaban bien. Apenas tenían unos rasguños. Esa fue la primera buena noticia, "un milagro", piensa él, pero cuando se enteró de que todos los papeles habían quedado sepultados, se vino abajo. Le planeaba la duda de que todo el trámite tuviese que volver a empezar. Desde el primer momento está luchando para que todo se acelere por el bien de los niños.

Él y su mujer tienen tres hijos, de 21, 18 y 15 años, pero Polycia, a la que conocen solo por foto, pero de la que tienen un álbum completo de imágenes, es la niña de sus ojos. Agradece Aurelio la celeridad con la que han trabajado las administraciones y todo el apoyo que ha recibido de la gente. "Hemos demostrado ser un país solidario. Todos estamos muy volcados", asegura. Después se levanta de la silla y sigue pegado a su teléfono móvil. No para de sonar.

Los niños han viajado a Santo Domingo, pero nadie se lo ha confirmado a las familias con certeza. A última hora de ayer, los padres habían enviado un escrito para que la delegación española pudiese pasar sin dificultades los controles aeroportuarios dominicanos con los menores. Ellos, mientras tanto, esperaban recibir cualquier noticia para salir corriendo a recibirles en el aeropuerto. Entonces todo el calvario se habrá acabado. Una nueva vida les está esperando.

De izquierda a derecha, Daphekaina, Polycia, Tania y Nick, los cuatro niños haitianos en trámite de adopción en España.
De izquierda a derecha, Daphekaina, Polycia, Tania y Nick, los cuatro niños haitianos en trámite de adopción en España.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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