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Madrid se promociona entre canapés

Gallardón y Aguirre presumen del músculo turístico de la región en Fitur

Al expositor de la anfitriona le tocaba vestirse de gala. Ayer era el día de Madrid en la Feria Internacional de Turismo (Fitur). Así que allí se presentaron los pesos pesados de la ciudad y la comunidad autónoma. A la cabeza del selecto grupo, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y la presidenta regional, Esperanza Aguirre.

Tanto empeño había en dejar bien claro que Madrid había sido capaz de amortiguar la crisis apoyándose en el turismo que hasta el vicealcalde Manuel Cobo y la presidenta se plantaron dos besos al verse. Los primeros desde su polémica por el asunto de la presidencia de Caja Madrid. No era día para perder las formas.

"Madrid ha sido la única comunidad que ha crecido en número de turistas extranjeros en 2009, con un incremento del 6,1%", recordaba Aguirre ante una multitud más interesada en sacar la foto que en escuchar los datos. "En 2010 queremos rebasar las expectativas, hacer llegar nuestra oferta turística y dar a conocer nuestros atractivos a más personas", añadió el alcalde, optimista por los datos positivos que presentó el miércoles. Madrid fue en 2009 el primer destino nacional de turismo, con más de siete millones de viajeros.

Los camareros formaban corrillos tan grandes como los del alcalde

El numeroso grupo de representantes madrileños recorrió los 1.300 metros cuadrados que mide el expositor que comparten la capital y la comunidad. La primera pone el acento en el centenario de la Gran Vía, y la segunda, en la promoción de viajes de tres o cuatros días por la región.

Sonaba la melodía de Carros de fuego para acompañar el triunfal paseo. Jubilados y otros fans acompañaban a la comitiva. Gallardón se excusaba para no arrancar un antiguo modelo de Citroën DS 23 porque "no llevaba el carné encima"; una falsa Lola Flores y un Lawrence de Arabia con acento londinense divertían la escena; y para terminar, los componentes del musical Chicago ponían la guinda al acto con un sensual baile Al son del jazz. Todo un éxito la visita.

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Pero "cuando no ocurre todo esto, no viene aquí tanta gente", reconoce Anna, una de las informadoras en el mostrador de la región. "La mayoría pregunta por el abanico y el boli que regalamos, y con las mismas se va al siguiente puesto. Muchos ni entran", asegura.

La zona de la comunidad, incluso cuenta con tres espacios interactivos. Pero eso no lo sabía Tomás Amaya, un jubilado que apuraba la copa de sangría que ofrecían unos camareros disfrazados de bandoleros.

-Y aparte del puesto de sangría, ¿qué ha visitado usted del pabellón de Madrid?

-La sala ésa de las gafas 3D.

-Pero eso no está en este puesto.

-¡Ah! Pues sería en otro.

Emilio, otro camarero que repartía canapés en grandes bandejas, era el único capaz de formar corrillos tan grandes como los del mismísimo alcalde. "Ni medio minuto y han volado todos. ¡Cómo es la gente!", decía levantando las cejas.

La informadora del Ayuntamiento, Marina Carracedo, sabe que esto es así: "Yo doy información sobre actividades en la ciudad y folletos para profesionales. Pero sí, lo que más preguntan es por los regalos".

Mientras, José y Conchi, un matrimonio andaluz cargado de bolsas de merchandising, miraban la proyección sobre el centenario de la Gran Vía.

-¿Les está gustando?

-Hombre, si te soy sincero, hemos venido a sentarnos en las butacas, el resto aún no lo hemos visto.

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