El Gobierno cede ante patronal y sindicatos y aplaza la reforma

Siempre celoso de sus tiempos y sus plazos, Zapatero había marcado el día de hoy para presentar su propuesta de reforma laboral. Pero en esta ocasión el presidente del Gobierno ha cedido a la presión de sindicatos y empresarios. Como querían los agentes sociales, el Consejo de Ministros ha cambiado su agenda y no verá hoy el informe sobre los cambios laborales que quiere plantear el Ejecutivo. Lo hará el 5 de febrero, según anunció el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ayer por la mañana en Toledo en la reunión de ministros de Inmigración de la UE.

La patronal, UGT y CC OO habían pedido el aplazamiento en la reunión celebrada con Corbacho el miércoles por la tarde. Todavía no están preparados para abrir el diálogo social a tres bandas. Es decir, con la presencia del Gobierno. Antes quieren cerrar el acuerdo sobre la evolución de los salarios en los años. Y temen que si aparece en escena un documento de Trabajo "interfiera" en las conversaciones abiertas desde hace un mes.

Desde el primer momento, el Gobierno prestó oídos a la petición de los agentes sociales. "Allí hicieron una gestión directa con La Moncloa", apuntan fuentes de la negociación. Y ayer por la mañana, el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, adelantaba en TVE el retraso pocas horas de la confirmación de Corbacho.

Ya por la tarde el titular de Trabajo también admitió que probablemente retrasará la reforma de las pensiones que iba a estudiar el Consejo de Ministros la próxima semana, informa Lucía Abellán. El objetivo es hacerla coincidir con la propuesta de cambios laborales. Inevitablemente, los aplazamientos dan al traste con la meta que marcó el presidente de alcanzar un pacto en el primer trimestre del año. Preguntado al respecto, Corbacho descartó fijar plazos: "Cuanto antes podamos ir acordando, mejor, pero no nos va a mover una cuestión de tiempo".

El ministro realizó estas declaraciones tras la reunión que Zapatero y él mantuvieron con el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, John Monks, y los líderes de los principales sindicatos españoles, Cándido Méndez (UGT) y Toxo en La Moncloa. El encuentro se enmarca en los actos de la presidencia española de la UE.

"En cualquier caso, no habrá más retrasos", advirtió Corbacho. "Al mismo tiempo pedimos a los agentes sociales que aceleren al máximo los trabajos que tengan que hacer", demandó el titular de Trabajo.

Y para eso tienen dos semanas. "Es un plazo razonable. Tendremos que llegar al acuerdo", apunta Fernando Lezcano, desde CC OO. En los mismos términos se expresan en UGT. "Estamos en unos plazos razonables", valora Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical de este último sindicato.

La patronal, por su parte, aplaude la decisión del Gobierno. "Nos parece un gesto positivo y lo agradecemos", apuntan desde CEOE. Además, su secretario general, José María Lacasa, expresó su confianza en que el acuerdo se logre pronto: "Tendría poco sentido sacar un acuerdo de negociación colectiva en el mes de junio".

Así que ahora, sin interferencias gubernamentales, pero con la presión de una fecha límite que ellos mismos se han fijado indirectamente al reclamar la demora, los agentes sociales tienen 14 días para alcanzar el acuerdo sobre negociación colectiva. Luego entra en escena el Gobierno.

Ese pacto, que los sindicatos quieren que tenga una vigencia de tres años, tiene varios puntos. El primero, sin duda, atañe a los salarios. Los representantes de los trabajadores han planteado una subida salarial que puede oscilar entre el 1% y el 2%. A cambio exigen contención en los beneficios, compromisos sobre el mantenimiento del empleo y reducción de las altas tasas de temporalidad. Fuentes sindicales dibujan un acuerdo que también contendría anexos con compromisos y plazos para reformar la negociación colectiva en cuatro o cinco meses.