Con las pilas cargadas para la fiesta
El tambor mayor Juan Mari Abad se despidió tras 15 años dirigiendo la izada
La Tamborrada tiene capacidad para paralizar la ciudad. A partir del mediodía de ayer las calles se encontraban prácticamente vacías. Las compañías afilando los palillos y los donostiarras cogiendo fuerzas para la noche. Las sociedades gastronó-micas y los restaurantes ultimaban los preparativos para la cena. Algunos bares de la Parte Vieja incluso cerraron de día durante la víspera para poder aguantar durante toda la jornada de hoy. Todo dispuesto para 24 horas de tambores y barriles.
La gran fiesta donostiarra estalló a la medianoche, cuando los tamborreros de la sociedad Gaztelubide hicieron sonar La Marcha de San Sebastián desde el escenario de la Plaza de la Constitución. En medio de la algarabía general, con un público entregado a la celebración, fue el momento de una despedida entrañable. Juan Mari Abad, tambor mayor de Gaztelubide desde 1995 y partícipe como tamborrero en todas las izadas desde 1957, cedía el bastón de mando a su compañero José Ramón Mendizabal Mendi, quien tendrá el honor de ser el octavo director de la mencionada sociedad en sus 76 años de historia.
Unas horas antes, el Ayuntamiento hizo entrega de las Medalla del Mérito Ciudadano. Los galardonados fueron Min-tzalaguna, proyecto a favor del euskera de la asociación Bagera; Lilatón Taldea, pioneras en la reivindicación de los derechos de las mujeres; José Luis Fernández, fundador de la Asociación de Vecinos de Amara Osinaga; Alde Zahar Kirol Elkartea, entidad que fomenta el deporte entre los jóvenes de la Parte Vieja, y por último el escritor e historiador, Fermín Muñoz, un apasionado narrador de la crónica ciudadana donostiarra.
La Peña Anastasio, como todos los años desde 2007, homenajeó a su fundador Plácido Eceiza en el cementerio de Polloe con flores blancas y azules.
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