Iglesia y Estado
Se retrasa la tramitación de la ley de libertad religiosa. Y mientras esperamos a conocer su contenido y alcance nos dicen que el presidente del Gobierno ha aceptado la invitación de una organización fundamentalista cristiana para participar en el Prayer Breakfast (desayuno de oración), un acto que no contribuye precisamente a predicar la separación de Iglesia y Estado. Mal presagio.
Si uno no fuera ateo, rezaría para que nuestro presidente reconsiderara su decisión. Lo único que uno puede hacer como ciudadano es recordar "detalles" como éste la próxima vez que se disponga a introducir una papeleta en una urna.
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