La fiscalía británica advirtió que era ilegal invadir Irak
El ex titular de Defensa Hoon comparece ante la comisión
El entonces fiscal general de Reino Unido, lord Goldsmith, advirtió en una carta enviada el 28 de marzo de 2002 al entonces ministro de Defensa, Geoff Hoon, que sería ilegal invadir Irak sin una resolución de Naciones Unidas que apoyara esa invasión.
La carta, hecha pública ayer en el transcurso de la investigación sobre la participación británica en la guerra, era la respuesta del fiscal a unas declaraciones previas de Hoon -que ayer se convirtió en el primer ex ministro de la era de Tony Blair que comparece ante los investigadores-, en las que éste había afirmado, en una entrevista en la BBC, que una eventual invasión sería legal.
Es la primera vez que se divulga un documento en el que Goldsmith expresa sus conocidas dudas sobre la legalidad de la guerra. En la carta, de marzo de 2002 -un año antes de la invasión-, lord Goldsmith puntualiza a Hoon: "Creo que debería usted saber que veo considerables dificultades para aceptar que se pueda justificar una acción militar basada en la autodefensa. En concreto, no tengo conocimiento de la existencia de material que indique la existencia de una inminente amenaza por parte de Irak de tal naturaleza que justifique una acción militar sin el apoyo de una autorización del capítulo 7 del Consejo de Seguridad".
Lord Goldsmith pidió en 2002 una resolución de Naciones Unidas
La carta de Goldsmith tiene importancia, sobre todo, por su referencia a la necesidad de una resolución específica basada en el capítulo 7 de Naciones Unidas, que autoriza el uso de la fuerza contra un país que incumple sus resoluciones. El Consejo de Seguridad emitió en noviembre de 2002 una resolución, la famosa 1.441, para aumentar la presión sobre Sadam Husein. Pero no bajo el capítulo 7. Y tanto Estados Unidos como Reino Unido aceptaron entonces que esa resolución no implicaba un derecho automático a invadir Irak. Pero, cuando Francia anunció que vetaría cualquier nueva resolución que aprobara la guerra, cambiaron de opinión.
Son de sobra conocidas las dudas que Goldsmith tuvo desde entonces y hasta vísperas de la invasión. Pero acabó presentando un dictamen al Gabinete que apoyaba la legalidad de la guerra. Al margen de las dudas que siempre han existido sobre si ese dictamen fue, sobre todo, producto de las presiones del entonces primer ministro, Tony Blair, lo significativo es que llegó a la conclusión de que la resolución 1.441 reactivaba otra conocida resolución del Consejo de Seguridad, la 678, adoptada el 29 de noviembre de 1990, que autorizaba la primera guerra del Golfo, esta sí aprobada bajo el paraguas del capítulo 7.
Es decir, lord Goldsmith afirmó en marzo de 2002 que hacía falta una nueva resolución bajo el capítulo 7 y, a la hora de la verdad, defendió que eso ya no era estrictamente necesario.
El ex ministro Geoff Hoon no aportó ayer grandes novedades a la investigación. Abogado de formación y capaz de dormir a las ovejas con su parsimonia, defendió la tesis oficial de que la decisión de invadir Irak no se tomó hasta que tuvo el respaldo de los Comunes. Restó importancia al famoso "informe de los 45 minutos". Y confirmó un secreto a voces: que los militares británicos se oponían a reforzar la presencia en Afganistán si no se reducía antes su presencia en Irak.
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