Puertas sin candado en el Maravillas
El Patio reabre mañana en su nueva sede con más talleres y actividades
Otra vez a empezar. Los habituales del Patio Maravillas no pensaban quedarse de brazos cruzados cuando el pasado 5 de enero vieron cómo se materializaban sus miedos y la policía desalojaba su centro social ocupado en la calle del Acuerdo. Fieles al lema "un desalojo, otra okupación", la réplica llegó esa misma tarde. Un grupo de unas 1.000 personas que se habían manifestado en contra del desalojo peregrinaron desde la plaza del Dos de Mayo hasta el número 21 de la calle del Pez, donde prometieron levantar otro centro social de las mismas características en el edificio apuntalado de cinco plantas que tomaron ese mismo día. Ayer, miembros del colectivo que gestiona el Patio Maravillas, representantes de asociaciones vecinales y antiguos moradores del inmueble (actualmente estaba deshabitado), daban una rueda de prensa para informar de su proyecto y de la próxima inauguración del nuevo centro. Mañana, sus puertas volverán a estar abiertas.
El concejal del distrito reconoce la labor social y cultural del centro
Son pocos los vecinos y comercios que se oponen al proyecto
Miembros del colectivo explicaron que el Patio "renace" gracias a esos centenares de personas que lo han "promovido, cuidado y autogestionado". El nuevo centro seguirá albergando los talleres y actividades que se realizaban en el antiguo inmueble durante los más de dos años que estuvo abierto, según confirmaron los ponentes. Taller de informática, de teatro, de rap, asesoría jurídica, clases de castellano, conferencias, proyecciones de cine, cafetería... Son algunas de las actividades que se seguirán ofreciendo de manera gratuita. Además, alrededor de 20 colectivos mantendrán allí su sede, como el popular movimiento social que fomenta el uso de la bici en la ciudad, Bicicrítica.
Como aperitivo, los okupas ya han organizado el acto de inauguración del próximo sábado: un circo para niños a las doce de la mañana, un vermú para conocer y estrechar lazos con los vecinos, una comida solidaria y varias actividades culturales, como un espectáculo de tango.
Los representantes del centro revelaron que ayer mantuvieron una reunión con el concejal del distrito Centro, Enrique Núñez. "Reconoce la labor como centro cultural, político y social", aunque lamentó no poder ofrecer edificios o dinero porque no entra dentro de sus competencias, aseguran que dijo. El concejal, según los portavoces del Patio, les manifestó que es necesario un cambio de legislación "para que la ciudadanía pueda desarrollar actividades fuera del actual modelo del Ayuntamiento" y para ello, aseguran que propuso una reunión a tres entre el área de las Artes, el distrito Centro y la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento.
Charly, uno de los representantes, reconoció que el Consistorio les propuso utilizar un solar el mismo día del desalojo, pero los okupas rechazaron la oferta. "Quieren que seamos un centro cultural público", decía Maite, otra representante, "pero no podemos hacer eso. El Patio no son cuatro paredes y una escalera. El Patio es otra forma de entender la ciudad"
Un asesor jurídico del Patio, Mikel, explicó que el edificio (construido en 1904) está en perfectas condiciones, a pesar de tener un expediente de ruina, fruto del interés especulativo de los propietarios, según mantienen los okupas. El actual titular es Procasa, una inmobiliaria en suspensión de pagos y proceso concursal perteneciente a Fernando Sarasola y Miguel Ángel Barrio. "Lo compraron para especular, lo tienen embargado y lleva varios años completamente inutilizado", decía el asesor jurídico del Patio.
Los vecinos son otro reto. El panadero que trabaja enfrente de la casa ve con buenos ojos la apertura del centro social. "Mientras no la líen... Además, supongo que así tendré más clientela", reconoce, "aunque ya ha habido algún encontronazo entre señoras en mi tienda. Que está bien, que está mal... Hay debate", sonríe. "Pues a mí me parece genial que utilicen el edificio para hacer actividades", dice Pilar Copa, una vecina de 40 años. "Seguro que me pasaré por allí para ver qué tienen". "¿Pero cómo van a tener un edificio entero sin pagar nada? Yo eso no lo veo", contrapone A. M., otra vecina de mayor edad. "¡Ah! ¿Que hacen actividades? Pues eso sí está bien, mira, yo no lo sabía", recapacita.
Son pocos los vecinos y comerciantes que se oponen a la nueva ubicación del Patio Maravillas. Algunos, como el hotel Abalú, contiguo al edificio, temen por las molestias que puedan provocar los ruidos, algo que ya se han planteado los okupas. "Valoraremos si es necesario insonorizar el recinto", aclaraba Maite.
En el balcón más alto de edificio ya ondea una bandera pirata. "El Patio vive, la lucha sigue".
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