Cabeza de puente
ETA ha vuelto a intentar, por segunda vez en dos años, montar una cabeza de puente en Portugal. Aparentemente, las dos veces ha fracasado por imponderables (la avería de un vehículo, un control en un pueblo perdido) pero también está demostrado que la banda, al menos una vez, ha atentado con un coche alquilado en territorio luso. Y ayer, según fuentes antiterroristas, también ha quedado perfectamente acreditado que los detenidos pretendían montar al menos un zulo cercano a la frontera y, desde allí, proyectar sus ataques hacia España.
La huida hacia Portugal se debe sin duda al aumento de la presión policial en el sur de Francia, que también ha desplazado a numerosos terroristas al norte de ese país, e incluso a la zona próxima a Italia. Fue el ex jefe terrorista Garikoitz Azpiazu, Txeroki, quien instruyó en 2007 a los terroristas para desplazarse a Portugal, quizás ignorando que la colaboración policial transfronteriza es incluso más fluida que la que España mantiene con Francia.
El primer intento etarra de instalarse en Portugal fue un fracaso al averiarse, en junio de 2007, el coche con 115 kilos de explosivos cerca de Ayamonte (Huelva). El ataque al cuartel de Durango (Vizcaya), en agosto de ese mismo año, con un coche alquilado en el Algarve levantó la inquietud de que ETA se hubiera instalado en Portugal. Una sospecha que aumentó al descubrirse otro coche portugués que la banda había abandonado en Salamanca en febrero de 2009.
Tras varios meses de investigaciones, las autoridades españolas y portuguesas descartaron que hubiera una infraestructura estable de ETA en Portugal, pero acordaron mantenerse en alerta, por si acaso.
La operación de ayer demuestra que ETA sigue empeñada en instalarse en la frontera lusa, que la presión en Francia le está haciendo daño y, sobre todo, que busca una campaña de atentados relativamente prolongada: diez kilos de pentrita (el explosivo del intento de atentado de Al Qaeda contra un avión a punto de aterrizar en Detroit en Navidad) dan para montar muchas bombas lapa. Y los 10.000 euros incautados apuntan a que la banda se preparaba para instalar a dos terroristas en Portugal por una temporada, para perpetrar al menos una campaña de ataques.
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