Las miserias del fútbol base
A un jugador de 16 años le revientan el riñón en un campo y salva la vida "por 20 minutos" porque su padre lo lleva al hospital
La presencia de los socorristas en las piscinas municipales es obligatoria. Sin embargo, en los campos municipales de fútbol no hay obligación ni siquiera de un ATS que pueda atender a los cientos de niños que se reúnen los sábados para disputar decenas de partidos. Ni hablar, por tanto, de ambulancias o médicos. A pesar de la adrenalina y la agresividad que descargan los muchachos. Si pasa algo, ya se encargarán los padres. Como pudo comprobar Juan Felipe Luz el pasado 19 de diciembre cuando salvó la vida de su hijo Nacho, defensa del Catarroja de 16 años. El Catarroja juvenil se enfrentaba al Chiva cuando ya avanzada la segunda parte Nacho, tras recibir un codazo, se desplomó. Su padre saltó al campo para atenderlo y el chico se fue dolorido al vestuario. Desde allí telefoneó a su padre porque el dolor iba en aumento. "Sabía que tenía algo grave, aunque él creía que podía recuperarse", cuenta el padre. "Lo cogí al brazo y me lo llevé corriendo a La Salud [hospital concertado por la Federación valenciana]. Me equivoqué un par de veces de calles. Salió un cirujano y me hizo firmar para que lo operaran a vida o muerte. Le extirparon el riñón y me dijeron que si llego 20 minutos más tarde, habría muerto", añade.
Ni ambulancia ni médicos son obligatorios en los estadios
El padre quiere denunciar al Ayuntamiento de Catarroja
En el acta del partido, el árbitro anota: "El número 23 del Catarroja, Ignacio Luz Ruano, ha salido en el minuto 65 lesionado tras una jugada fortuita". La federación valenciana informó ayer de que sólo contempla la presencia de una ambulancia en un campo cuando se enfrentan selecciones autonómicas. Se disputan unos 3.800 partidos cada fin de semana y "sería imposible tener todas esas ambulancias", dice un portavoz, que recuerda, además, que la mayoría de estos estadios son municipales. "No hay obligación reglamentaria", confirma el ex árbitro José Francisco Pérez Sánchez.
"Al Ayuntamiento le hemos reclamado una ambulancia y nos dice que no hay dinero", protesta Juan Felipe Luz, que subraya el sarcasmo de que en el club tengan un desfibrilador [que convierte en normal un ritmo irregular del corazón mediante una descarga eléctrica], pero nadie sepa usarlo. A raíz de la muerte de Antonio Puerta, defensa del Sevilla, en 2007, la federación española obliga a los clubes profesionales a que dispongan de este aparato.
En el Ayuntamiento de Catarroja, el concejal de Deportes, David Nácher, del PP, se quejaba ayer de que nadie le hubiera informado. "Vamos a ver qué ha sucedido y a poner los medios para que no vuelva a suceder".
Al chico le pesan más las secuelas psicológicas que las físicas. No quiere volver a jugar a pesar de haber sido atendido por el psicólogo del club, según cuenta el presidente de la escuela de fútbol, José Escrivá, que recuerda a Santillana, el delantero del Madrid que jugó muchos años sin un riñón.
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