El PSE tacha de "indigna e injusta" la oposición del PNV al Gobierno

2009 pasará a la historia como el año en que los socialistas vascos accedieron al Gobierno. Su andadura al frente del Ejecutivo, sin embargo, no ha resultado sencilla hasta ahora. El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, echó ayer buena parte de las culpas al PNV, cuya oposición definió como "absolutamente deplorable" y especialmente "indigna" por provenir de quien "sabe de las dificultades de la acción de gobierno". Una actitud que calificó de "injusta" e insuficiente política y socialmente para un partido que aspira a ser la referencia de la ciudadanía vasca y que, agregó, "a duras penas logra serlo del nacionalismo".

Pastor compareció en Bilbao para hacer balance político del año concluido y en su intervención incidió más en las críticas a la formación nacionalista que en la valoración de la acción del Gobierno vasco. Acusó a la principal fuerza opositora de estar "desnortada y fuera de juego", y lamentó su exacerbada "beligerancia" con el Ejecutivo de Patxi López y su "incapacidad para aprender de los errores", así como el incumplimiento de su palabra de "hacer una Euskadi para todos". A tales descréditos opuso los compromisos del PSE-EE, entre los que destacó el hecho de gobernar en solitario, aunque con el apoyo exterior del PP, "cosa que el PNV no logró nunca con Ibarretxe".

Urkullu responde que los socialistas quieren el poder sin ser criticados

El portavoz del PSE acusó incluso al PNV de haber abandonado la "centralidad política" vasca tras su "derrape" hacia posiciones más nacionalistas. Un espacio que, sostuvo Pastor, está ocupando actualmente en la comunidad autónoma el partido socialista.

Pastor fue más allá y aprovechó también su condición de secretario general del partido en Vizcaya para arremeter con dureza contra el gobierno nacionalista de la Diputación de Vizcaya. La respuesta la encontró en el presidente jeltzale, Iñigo Urkullu, quien a través de su blog acusó al PSE de "querer lo mejor de ser gobierno y los beneficios de la oposición".

Agotado el reproche, llegó el turno de las alabanzas. Y con ellas cambió el color del discurso. De los siete primeros meses de Gobierno socialista, Pastor destacó la puesta en marcha del diálogo social, la negociación de las transferencias pendientes para completar el desarrollo estatutario y la búsqueda del entendimiento como seña de identidad. Recurrió a datos de acuerdos parlamentarios para argumentarlo. "No existe rodillo, ni frentismo, ni amenaza de choque de trenes. Se están logrando acuerdos plurales, como demuestra el hecho de que las iniciativas firmadas en exclusiva por socialistas y populares sólo representan la quinta parte de las que se han adoptado", señaló.

Entre las prioridades para 2010, el portavoz del PSE citó como retos "combatir la crisis, paliar sus efectos y hacer frente al terrorismo". Sobre este último aspecto, advirtió de que los socialistas consolidarán su política de tolerancia cero "contra quienes apoyan directa o indirectamente" la violencia.