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Reportaje:

"Desamparo total" en Mauritania

Un español, en huelga de hambre tras cuatro meses esperando juicio

Después de ocho días de huelga de hambre y encierro, el armador del Bahía de Portosanto, Santiago Iglesias, dice que su salud ya se está resintiendo: "Estoy cansado, agotado. La cosa se está empezando a notar bastante", comenta con voz débil desde el rincón del consulado de España en Nuadibú (capital financiera de Mauritania) en el que permanece sentado junto a una botella de agua. Desde el pasado 28 de diciembre, este vecino de Marín (Pontevedra), de 62 años, ha sufrido un par de crisis de ansiedad y ha tenido que ser atendido por el médico español que el Instituto Social de la Marina tiene en aquel puerto.

El armador del barco gallego ha decidido esta protesta porque se le han agotado todas las demás vías. El Bahía de Portosanto sufrió un accidente cerca del puerto de Nuadibú hace cuatro meses y medio, y las autoridades mauritanas acusaron "por lo penal, no por lo civil, como debería haber sido", al capitán, José Portas, de imprudencia temeraria.

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El pesquero de Marín chocó a la altura de Cabo Blanco con un barco de capital chino y bandera mauritana. Como consecuencia, este segundo se hundió. Portas asegura que todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos; que en cuestión de segundos, cuando volvió otra vez la vista a la proa, había delante un barco atravesado.

Inmediatamente, las autoridades de Mauritania culparon a los españoles ("aquí siempre es así, saben que tenemos un buen seguro", explica Portas), y "nadie se preocupó por investigar si el patrón chino tiene titulación, porque en esos barcos ponen al mando hasta al cocinero". A Portas e Iglesias las autoridades españolas les han pedido que no hagan declaraciones, por eso ahora son prudentes y ya no dicen que han llegado a sospechar que el accidente fue provocado, pero el capitán asegura que "para cualquiera de esos barcos chinos cobrar por un accidente es una bicoca, porque están bastante acabados. Son de después de la II Guerra Mundial y ya no les quedan más que tres años de vida".

Después de una larga batalla legal, Portas sigue viviendo en el barco, retenido en el país africano, porque, aunque el Tribunal Supremo de Mauritania fijó una fianza de un millón de dólares para permitir la salida del buque, el Tesoro Público no se la acepta.

La Asociación Española de Titulados Náutico Pesqueros (Aetinape) remitió hace días una carta al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para resolver la repatriación. La misiva no ha obtenido respuesta, según el presidente del colectivo, José Manuel Muñiz. "No se puede tener cuatro meses retenida a una persona, que además está psicológicamente destrozada, por un problema puramente administrativo". Muñiz habla de "inseguridad terrible" y de "desamparo total" de los pescadores españoles en Mauritania (50 barcos sólo en Nuadibú), y José Ramón Fontán, portavoz de la Asociación Nacional de Cefalopoderos, destaca la actitud pasiva y "deplorable" de la UE.

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