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Reportaje:

El calvario de Virma

La fiscal pide 23 años a la ex pareja de la mujer asesinada en 2008 en un bar de Cullera delante de sus amigas

Virma Gimeno murió a los 45 años. El hombre con el que tuvo una relación durante 16 años la mató de un disparo el 26 de febrero de 2008 en una terraza de Cullera (Valencia). La acusación pública pedirá el próximo 11 de enero, en el juicio, 23 años de prisión para él, Antonio Urban y 200.000 euros de indemnización para la familia, y un alejamiento durante 30 años del entorno de Virma.

La familia de Virma, su padre Enrique, su madre, los dos hijos que tuvo con su primera pareja, no fueron ajenos a su calvario. Y así lo recoge el escrito de acusación. La pareja, a lo largo de los 16 años en común, cambió varias veces de residencia. Vivieron varios años en Palma de Mallorca. El regreso a Cullera permitió a los más cercanos darse cuenta de qué estaba pasando e intentar apartar a Virma de Antonio, sin éxito durante años. Antonio bebía habitualmente y habitualmente pegaba a Virma. La fiscal recoge en su acusación que "durante el año 2003 sus familiares observaron en varias ocasiones que Virma presentaba hematomas en diversas partes de su cuerpo". Ella explicaba las heridas "con caídas". La fiscal asegura que "la situación de agresión hacia Virma se hizo más patente durante los años 2006 y 2007 porque ella presentaba rotura de brazo, de pierna, hematomas en los ojos".

En diciembre de 2007, Virma decidió romper la relación. Antonio "encolerizó". Cogió un cuchillo y la amenazó con matarla. Esos hechos llegaron al juzgado y hubo una sentencia por delito de amenazas a cuatro meses de prisión y a no acercarse a Virma, que se instaló con sus padres. Antonio no hizo caso de la orden de alejamiento. Todos los días iba a los bares, tiendas, locales en los que estaba Virma, le pedía tabaco y dinero, la atosigaba. Ella se sentía acosada, tenía miedo y salía a la calle acompañada siempre de alguien por temor a Antonio.

El día 26 de febrero de 2008 Antonio fue al bar El Rincón del Lobo, en Cullera. Virma estaba sentada con unas amigas. Él le pidió dinero y que le dejara tomar una cerveza allí, cerca de ella. Virma se negó y le advirtió de que llamaría a la Guardia Civil. Pareció suficiente. Antonio se marchó. Pero a las cinco de la tarde, Antonio regresó al bar. Se acercó a ella. La llamó. Ella se giró y se levantó de la silla. Y él disparó, un solo tiro. Virma murió en el acto.

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