La banca europea se queda atrás
Las entidades financieras de Estados Unidos han devuelto ya las ayudas públicas mientras en Europa aún no se han reconocido todas las pérdidas
Las navidades no serán igual de alegres para todos los ejecutivos financieros de la City londinense. Los gestores de los hedge funds, los llamados fondos alternativos porque tienen gran libertad para invertir, cerrarán el ejercicio con la billetera llena. Incluso algunos aventuran que en 2010 pueden doblar lo ganado este año. Los ejecutivos británicos de bancos, compañeros de universidad y vecinos de los mismos lujosos barrios que los inversores de los hedge funds, no se resignan a seguir con los salarios congelados mientras el Estado ayude a las entidades. Una pequeña parte ha optado por cambiar de trabajo y han saltado las alarmas por la "fuga de cerebros".
Aún más llamativa que la diferencia con los hedge funds es la comparación con la banca norteamericana. Las entidades del otro lado del Atlántico están soltando el lastre del Gobierno para volar libres y ganar todo el dinero posible. En Europa, con la situación económica más deteriorada, una parte de la banca no tiene más remedio que seguir navegando con los flotadores estatales. Aunque hay movimientos: ING, de Holanda, ha devuelto el 56% de las ayudas y los bancos franceses hasta el 64% de lo que les dejó Sarkozy. En España, las inyecciones de capital se han hecho hasta ahora sólo con el fondo de garantía de las cajas. La ayuda pública no se ha tocado, hasta el momento.
Los bancos franceses han devuelto el 64% de las ayudas del Gobierno
La limitación de salarios ha sido un revulsivo clave para la banca de EE UU
Esta situación refleja dos mundos contrapuestos. Los economistas se han cansado de explicar que la vieja Europa y Estados Unidos funcionan a ritmos diferentes, sobre todo en sus mercados financieros. La condición de limitar los sueldos de los ejecutivos ha sido el mejor revulsivo para que los bancos norteamericanos devuelvan el dinero de los contribuyentes antes de lo previsto. En Europa las restricciones salariales son más difusas y variables según cada país. A mediados de diciembre se celebró en Wall Street que la gran banca norteamericana terminaba de devolver las ayudas públicas. En Europa la noticia era que el banco alemán WestLB creaba un banco malo para agrupar 85.000 millones de activos dañados. Una operación similar a ésta se hizo en Estados Unidos hace 13 meses, cuando se dividió Citibank en banco bueno y holding con problemas (donde todavía tiene activos por 617.000 millones).
Los norteamericanos contaron antes y con mayores ayudas que los europeos. A través del fondo de estabilidad financiera (TARP) se movilizó 364.000 millones, de los 700.000 presupuestados. Hasta la fecha, las entidades receptoras restituyeron 185.000 millones, 90.000 en las últimas semanas. Los seis grandes -Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo- corrieron para saldar cuentas antes de lo esperado, y se liberaron así de las restricciones impuestas por Washington. Los tiburones financieros de Nueva York querían quitarse el estigma del socialismo bancario de Obama.
¿Están sanos los bancos de EE UU o ansiosos por esquivar las restricciones? El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, recuerda que "el Gobierno nunca quiso ser inversor en la banca", mientras anuncia beneficios de 19.000 millones al cobrar las ayudas. "Libres al fin", reconocen en Wall Street. Pero que las grandes firmas hayan restituido parte del dinero que salió del contribuyente no significa que los problemas estén resueltos. El Fondo de Garantía de Depósitos de EE UU augura una aceleración de las quiebras entre las pequeñas entidades y recuerda que 700 bancos todavía se benefician de las ayudas.
¿Lo hacen todo por el dinero? Tratándose de bancos, es lógico sospecharlo. Vicente Cuñat, miembro del departamento financiero de la London School of Economics, apunta que la subida del negocio de banca de inversión por los préstamos de dinero público al 1% ha hecho que algunas entidades se vean fuertes. "Al final, el ciudadano les ayudó pero no recibirá los beneficios de los bancos. Los primeros bancos que tomen posiciones en los mercados tras la crisis serán los más favorecidos, por eso también corren", concluye. Santiago Carbó, consultor de la Reserva Federal de Chicago, coincide en que los bonus son un gran incentivo, pero considera el objetivo primordial "volver a los beneficios y no creo que maquillen las cuentas".
Luis de Guindos, responsable del área financiera de PriceWaterhouseCoopers (PwC), no descarta que los buenos salarios hayan sido un acelerador pero apunta otras razones que explican que las entidades de EE UU vayan por delante de las europeas. "Allí las ayudas fueron más importantes en cuantía; las medidas, más agresivas y más rápidas; acabaron con las grandes entidades más afectadas (Lehman, Merrill Lynch, Bearn Stearn...), lo que supone reducir capacidad instalada frente a los escasos cierres en Europa". Cuñat recuerda que la economía americana ha reaccionado con más agilidad y empieza a mostrar síntomas de recuperación que no se atisban en Europa, lo que afecta al tejido financiero. Hay un elemento político. "Cada Gobierno de Europa lucha por arreglar lo suyo, ocultando algunos datos y no reconociendo las pérdidas reales para evitar críticas", apunta Cuñat. Carbó recuerda que "los Gobiernos han tenido que retratarse ante la Comisión Europea, uno por uno, para contar los problemas de sus entidades. Este sistema frena la recuperación".
Por países, el más dañado es Reino Unido. Tienen que buscar un nuevo modelo basado en la banca minorista, con menor peso de la banca de inversión, y eso no es fácil. El Royal Bank of Scotland perdió 27.274 millones en 2008 y el Gobierno británico ha inyectado 22.000 millones en 2009, de modo que controla el 70% de su capital. El Programa de Protección de Activos del Gobierno de Gordon Brown para recuperar la confianza en el sistema bancario asciende a 309.100 millones.
Al margen de Holanda con ING, en donde más rápida ha sido la reacción ha sido en Francia. El Estado francés concedió 21.000 millones a los bancos, al 8% de interés. Hasta ahora se han reembolsado 13.450 millones. De ellos, Crédit Mutuel, 1.200 millones; Crédit Agricole, 3.000 millones; BNP Paribas, 5.100 millones, y Société Générale, 3.400 millones. Estos cuatro bancos han devuelto todo. Banque Populaire Caisse d'Épargne ha devuelto 750 millones y debe retornar 6.300 millones; Dexia debe los 1.000 millones que recibió, informa Ana Teruel.
Tras Reino Unido, Suiza es el país más castigado por la crisis. Su banca es más grande que su economía y la crisis de UBS es una amenaza de la que todavía no se ha librado. Alemania es caso atípico. Su economía está más fuerte que la media pero su banca no levanta cabeza. Tres razones explican esta situación: gran parte de su actividad era la banca de inversión, dañada con la subprime de EE UU; un porcentaje importante del ahorro está invertido en inmuebles españoles, todavía en plena crisis, y, por último, los bancos públicos de los Länder, sin competencia, han mostrado su debilidad en esta crisis.
Ahora los ojos están puestos en la reconversión española, pero las conclusiones de la crisis son claras. La banca de inversión seguirá funcionando pero con normas más claras; el tamaño de los bancos se reducirá y habrá menos personal para no perder la rentabilidad; el capital será mayor y más caro por lo que la clave estará en ingresar más sin asumir los riesgos locos del pasado.
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