España aprende las lecciones de la captura del 'Alakrana'

Discreción e información a las familias. El Gobierno español ha aprendido la lección del secuestro del atunero vasco Alakrana y ha optado por esas dos vías. Prácticamente todos los días se reúne el llamado comité político y técnico sobre el secuestro de tres cooperantes en Mauritania sin que apenas trascienda nada de lo hablado. Únicamente se transmite que se hacen gestiones y que "se sigue manteniendo informadas a las familias de la situación". La falta de información fue, precisamente, uno de los principales reproches al Gobierno de las familias de los marinos secuestrados del Alakrana

La táctica de la discreción es la que también va a utilizar el Gobierno italiano. El Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país colgó ayer en su página web un escueto comunicado en el que, tras señalar que ha activado "todos los canales políticos y diplomáticos" para solucionar el asunto, solicita a la prensa, "en consideración a la delicadeza de la cuestión, que se mantenga al máximo posible la prudencia mediática para asegurar la seguridad de los raptados y la solución con éxito del incidente".

Las mismas palabras

Las palabras parecen calcadas de las que el pasado viernes, tras el Consejo de Ministros, pronunció la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega cuando fue preguntada por el secuestro de los cooperantes españoles. "La prudencia y la discreción siguen siendo nuestras herramientas más valiosas para velar por la seguridad de los secuestrados y, desde luego, propiciar su libertad lo antes posible", dijo el viernes De la Vega.

Francia, con quien se está coordinando España para solventar el secuestro de los españoles y de Pierre Camatte, mantiene igualmente una política de absoluta discreción. El ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, afirmó la semana pasada que, "dada la naturaleza del incidente", no podía hablar "nada" del secuestro. Ningún partido francés ha hecho crítica alguna al Gobierno sobre el asunto.

Italia, Francia y España están en contacto con las autoridades mauritanas para solventar unos secuestros que han arruinado la imagen del país. El Gobierno de este país ya ha reconocido las dificultades de sus fuerzas de seguridad para combatir este tipo de secuestros. De hecho, la mala actuación en el secuestro de los españoles llevó a la destitución de uno de los máximos responsables policiales del país.