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Calderón propone una gran reforma electoral en México

El mandatario plantea una segunda vuelta para las presidenciales

Los mexicanos hablan estos días del desastre de la guerra contra el narcotráfico: más de 15.000 muertos desde que Felipe Calderón llegara hace tres años al poder y los carteles siguen demostrando más poder de fuego que nunca. De la necesidad de que el Ejército vaya planteándose su regreso a los cuarteles: arrecian las denuncias por violación de los derechos humanos y hasta la Iglesia pide que los soldados abandonen las calles. O de la forma tan brutal en que la crisis económica ha terminado golpeando a México. Ninguna de esas discusiones beneficia al Gobierno. Así que, ayer muy de mañana, Felipe Calderón planteó a los ciudadanos que hablaran de otra cosa. De una reforma electoral, por ejemplo.

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En su discurso, Felipe Calderón anunció que propondrá al Senado una serie de medidas para que "quien ejerza el poder se someta, de manera más clara y más contundente, a la opinión de los electores". O lo que es lo mismo, el presidente de la República pretende instaurar la segunda vuelta para las elecciones presidenciales -en el caso de que ningún candidato supere en primera vuelta el 50% de los votos-, y que tanto alcaldes como diputados y senadores puedan ser reelegidos, hasta un límite de 12 años.

"Buena parte", explicó ayer Calderón, "de la insatisfacción ciudadana con la democracia tiene que ver con que los votantes no tienen una manera efectiva de manifestar su desaprobación con gobernantes que no les han cumplido, de la misma manera que no pueden reconocer y premiar a quienes han tenido una buena gestión y que, a pesar de ser buenos gobernantes, tienen que dejar el cargo necesariamente".

La propuesta de Calderón también incluye la reducción del número de diputados y senadores. De 500 diputados pasarían a 400, y de 128 senadores, a 96. "Ello contribuiría", añadió el presidente, "a superar la parálisis legislativa y, de paso, generaría ahorros presupuestales".

¿Conseguirá Calderón con su propuesta de futuro desviar la atención de los mexicanos de los problemas del presente? La primera impresión es que no. En primer lugar, porque ni logró que el Partido Revolucionario Institucional (PRI, hegemónico en México hasta el año 2000 y candidato cierto a volver al poder en 2012) otorgara demasiada importancia a la propuesta.

Según Francisco Rojas, coordinador de los diputados del PRI, la propuesta es tardía, insuficiente y no supone en estos momentos la principal prioridad para México. "Hay prioridades y prioridades", explicó Rojas, "y una fundamental es la reforma económica y hacendaria, porque es la que necesita el país para recuperar su ritmo de crecimiento". Además, al proyecto de Calderón le falta, según el diputado priísta, "algunas propuestas sobre reformas del propio Gobierno federal, que den eficacia a un aparato administrativo que debe ser más delgado en sus estructuras. Sobre todo para que funcione mejor y cueste menos".

Por otro lado, la propuesta de una segunda vuelta en la elección presidencial no hace más que traer al presente el fantasma de 2006, cuando el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, denunció fraude electoral después de que Calderón consiguiera ganarle en las urnas por un estrecho margen de votos.

Hubo un momento de su discurso de ayer en el que Calderón parecía respirar por una herida que tal vez siga abierta: "Propongo adoptar un sistema de elección por mayoría absoluta con segunda vuelta electoral para la elección de presidente de la República. Es decir: será electo presidente el candidato que en la primera vuelta obtenga más de la mitad de los votos emitidos y, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, pasarían a segunda vuelta los dos que hayan obtenido el mayor número de votos. Con esta propuesta se asegura que gane quien tenga el mayor apoyo. Y a generar un mandato más claro".

Según algunos analistas, las acusaciones de espurio que rodearon la elección de Calderón provocaron su decisión de declarar la guerra al narcotráfico. Una especie de bautismo (de fuego) para su pecado original.

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