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México aparca su plan para acoger a Zelaya en el exilio

Una ola de mensajes por Twitter dio al traste con la operación secreta

Sobre las 20.30 del miércoles (siete horas más en España), un avión de la Fuerza Aérea mexicana despegó con destino a Tegucigalpa. Objetivo: recoger a Manuel Zelaya. Desde unos días atrás, y en absoluto secreto, el Gobierno de Felipe Calderón había mantenido negociaciones con el Gobierno golpista de Honduras para que permitiera la salida del país del presidente depuesto, quien desde el 21 de septiembre se encuentra refugiado en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa. Zelaya estaba al tanto y conforme.

Pero, cuando el avión militar sólo llevaba unos minutos en el aire, hasta cuatro mensajes consecutivos firmados por "seguidores de Zelaya" recorrieron Twitter. Decían que el presidente ya estaba abandonando la embajada, que iba de camino al aeropuerto, que ya se encontraba en el avión, que ya había despegado...

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Los mensajes no eran ciertos, pero el oleaje que provocaron sí lo fue. De nuevo, Zelaya y el Gobierno de facto se entramparon en una guerra de declaraciones que dio al traste con la operación. Al ser preguntado por los periodistas, Zelaya quiso dejar claro que se iba con la cabeza alta: "Yo no pido, no solicito, no acepto, no quiero asilo político absolutamente de nadie. En caso de una salida, tendría que ser como huésped ilustre, dentro de mi calidad de presidente de los hondureños...".

A lo que el Gobierno todavía presidido por Roberto Micheletti se negó de plano: "Si México quiere darle asilo", dijo el canciller del Gobierno de facto, Carlos López Contreras, "estaremos encantados de permitirlo, pero tiene que ajustarse a la Convención de Caracas. México pide un salvoconducto, pero no detalla en calidad de qué va a recibir a Zelaya". Ya entonces, 22.00 en México, el comandante del avión había recibido la orden de abortar su viaje.

Ayer, la secretaria de Exteriores de México, Patricia Espinosa, explicó: "Por el momento, y después de haber tenido una conversación telefónica con Zelaya, todo parece indicar que las posibilidades de que este traslado se dé no están vigentes". Y añadió algo que deja mal a Zelaya: "La gestión del salvoconducto fue a solicitud del presidente Zelaya". México, señalan fuentes diplomáticas, tiene una larga tradición hospitalaria: "Pero no está dispuesto a recibir órdenes con respecto a la forma en que tiene que realizar el asilo".

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Policías antidisturbios hondureños montan guardia ante la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Policías antidisturbios hondureños montan guardia ante la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.AP

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