Problemas por la calificación de la deuda
Las agencias de calificación de deuda irrumpieron ayer en los mercados de valores con decisiones y advertencias notables. La deuda soberana de Grecia fue rebajada de categoría y el euro se resintió con ello, al tiempo que varias compañías estatales de Dubai pasaban por el mismo trance ante la falta de apoyo gubernamental, algo que sin duda ya figuraba desde hacía tiempo en los folletos de emisión.
Con todo, lo peor fue la advertencia de Moody's de que tanto Estados Unidos como Reino Unido están poniendo a prueba sus calificaciones, hasta ahora del máximo nivel, por el constante deterioro de sus finanzas públicas.
La Bolsa española, que venía de una sesión intrascendente y dispuesta a repetir, abrió con una razonable estabilidad que se vino abajo cuando las decisiones de las agencias de calificación comenzaron a circular por el mercado. El Ibex 35 había alcanzado los 12.035,00 puntos poco después de la apertura, pero la acumulación de papel le llevó a caer hasta los 11.758,40 puntos, nivel desde el que le sacó una tímida reacción final. Al cierre, el principal índice de la Bolsa española quedó en 11.808,90 puntos, con un recorte del 1,69%.
Para algunos observadores, la sensación de incertidumbre que generan unas decisiones que no aportan nada nuevo no son más que otra prueba de la tensión a que se ven sometidos los mercados en este tramo final del ejercicio. Las ganancias acumuladas por las expectativas de que la crisis durara poco parecen reclamar su transformación en plusvalías y, en días como estos, las circunstancias dan la razón a los que así piensan, aunque la alternativa de quedar ahora fuera del mercado parece una solución todavía peor.
La velocidad con que la mayoría de las economías están saliendo de la crisis, incluyendo a la española según los últimos datos, está sorprendiendo a la mayoría, al tiempo que da la razón a los que apostaron por esta posibilidad. Si algo hay de nuevo en esta crisis, es la velocidad con que se ha producido y la rapidez con que parece solucionarse, al menos hasta ahora.
La relativa debilidad del euro provocada por la rebaja de la calificación de la deuda griega es, en el fondo, una buena noticia para los países exportadores y para las sociedades con intereses en el área del dólar.
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