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Reportaje:

El último refugio contra el frío

Las capitales vascas añaden 120 plazas a su red de acogida a personas sin techo en invierno - Bilbao limita el acceso a los indigentes 'censados'

La dureza de la calle alcanza su punto álgido con la llegada del invierno. Centenares de personas que malviven sin techo en Euskadi improvisan como pueden para vencer al frío. Algunos están de paso, otros esperando que alguien les tienda la mano para sacarles de una situación de la que no pueden salir solos, y otros acostumbrados a su suerte, que afirman optar por ese tipo de "libertad". Los ayuntamientos ya han puesto en marcha sus recursos invernales para evitar desgracias: en total se abren un total de 120 plazas suplementarias. Pero, además de que las estancias son sólo para unos días, siempre hay gente que se queda fuera o que no cumple los criterios de admisión.

Con el sombrero de vaquero que le regaló su hijo -se ha ganado a pulso el apodo de John Wayne-, Gorka, un viejo conocido de las calles de San Sebastián, explica que sus dos perros, Etorri de 13 años y Paula, de 4, tienen que acompañarle allá donde esté. "Si me dejaran entrar con los perros, me iría a un albergue estos días. Pero ellos no me abandonan nunca y yo tampoco a ellos", explica sentado en un banco del Boulevard donostiarra, destilando simpatía y asumiendo que la calle es su único hogar. "Yo ya he criado a mis hijos", resalta.

"Sin mis perros no duermo, ellos no me abandonan y yo a ellos tampoco"
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La mitad, extranjeros y enfermos

Cuando cae la lluvia, explica, su única preocupación consiste en encontrar un rincón techado donde refugiarse con sus canes: "Ellos me cuidan de noche y yo los cuido de día". A pocos metros de él, José, un gallego que cuenta cómo vino a acompañar a su esposa por unos días -"tenemos que hacer unos papeleos", señala-, renuncia también a los albergues: "Tendríamos que dormir separados, y yo sin mi mujer no duermo".

En Bilbao, el dispositivo se puso en marcha el pasado martes, con la apertura del albergue invernal de Mazarredo. El recinto tiene 50 plazas, ampliables en caso de necesidad extrema. Al igual que el año anterior, la capital vizcaína ha optado por dar prioridad a las personas que hayan sido censadas previamente por el Ayuntamiento. Para acceder al servicio, que da derecho a una cama durante una semana, hace falta ser mayor de edad, llevar al menos tres meses viviendo en Bilbao antes del 1 de diciembre y estar incluido en la base de datos del equipo de intervención con personas sin techo del Ayuntamiento. "Hicimos un censo riguroso y había un centenar de personas. Trece no quisieron hablar con nosotros y los demás tomaron nota de la existencia del recurso. A esos les garantizo que tendrán cama. A los demás habrá que ver", explica Ricardo Barkala, concejal de Acción Social. Bilbao cuenta, además con 189 plazas en los cinco albergues que funcionan a lo largo de todo el año.

El dispositivo invernal en San Sebastián se puso en marcha el pasado 15 de noviembre. El Neguko Aterpea cuenta con 40 plazas para siete días, que se suman a las otras 40 del centro municipal de acogida social. Si las temperaturas bajan de cero grados, la concejalía de Bienestar Social cuenta también con el servicio de puertas abiertas.

Vitoria dispone por su parte con una consolidada red de aten ción a los sin techo. La llegada del invierno implica la apertura de 30 plazas adicionales que se suman a las 117 existentes en los tres albergues de acogida municipales.

Las tres capitales reservan asimismo plazas para casos en los que la Policía Municipal detecte algún tipo de riesgo vital.

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