Constituirse en bancos para sobrevivir
El mundo financiero es prolijo en oscuras denominaciones, pero las últimas que han salido a la palestra para las fusiones de cajas marcan época. La legislación de las cajas no está preparada para uniones de entidades de comunidades diferentes, por lo que han tenido que recurrir a la ingeniería financiera para salir de esta crisis. Así, cuando dos cajas inician los trámites de fusión forman un "grupo contractual consolidable" que constituirá un "Sistema Institucional de Protección" (SIP). Crípticos nombres. El SIP (conocido jocosamente en el sector como RIP) es un instrumento societario que firman dos entidades de tamaño similar por el que, básicamente, comparten solidariamente los riesgos y el capital. Admitido por el Banco de España, el SIP permite mayor o menor desarrollo. Sin embargo, la otra opción (también conocida como grupo empresarial consolidable, GEC), es adecuada para uniones entre cajas de diferente volumen y exige la unión del balance con un carácter casi irreversible.
Ambos modelos se deben constituir sobre un instrumento para que puedan ser inspeccionados por el Banco de España. Las posibilidades son tres: un Establecimiento Financiero de Crédito (EFC), a los que no se les permite captar depósitos; una caja de cajas, es decir, que contenga varias entidades de ahorros, o un banco. Los EFC no sirven para las fusiones, salvo que se cambiara la ley y pudieran aceptar ahorros de los clientes, algo descartado porque entre los EFC hay entidades que no siempre son ejemplo de transparencia. Crear una caja de cajas chocaría con los problemas actuales: excesivo control político y dificultades por la colocación de la nueva sede. Esta propuesta cuenta con el apoyo de la Confederación de Cajas, pero no parece tener futuro. Al final, las cajas tienen que entregarse al enemigo, es decir, a la flexible forma jurídica de un banco para seguir siendo cajas. Contradictorio y polémico, sin duda, pero le gusta al Banco de España. En diciembre más de 15 cajas en proceso de fusión acudirán al supervisor a pedir una ficha bancaria, ¡por favor! No tienen más remedio.
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