El PNV resiste las presiones para beneficiar a las Sicav

El PNV está aguantando el tirón. Las presiones que viene recibiendo desde el flanco financiero, incluso de su propio entorno político, y los ecos mediáticos para enmendar el proyecto de norma foral que modifica al alza la tributación de las Sicav -Sociedades de Inversión de Capital Variable-, del 1% actual anual al 28% como el resto de las sociedades mercantiles, no darán resultado.

Frente a las tesis del presidente de la Bolsa de Bilbao, José Luis Marcaida, y de algunas sociedades gestoras de ese tipo de fondos como Fineco (BBK) y Consulnor, que califican el acuerdo de las tres diputaciones de "cataclismo para Bilbao como plaza financiera", el partido de Iñigo Urkullu se mantiene firme, apoyado por los diputados generales y por su grupo parlamentario: "No vamos a cambiar el acuerdo", advierten.

Un socio tiene el 99% del capital y a los otros 99 se les llama "mariachis"

El Gobierno reconoce que "el sector puede verse algo afectado"

El acuerdo al que se refieren y que teóricamente penaliza la tributación de estas sociedades -en la práctica, casi nada- se logró entre PNV, PSE y Hamaikabat en las Juntas Generales de Guipúzcoa, en octubre. Estos partidos incrementaron la tributación de este tipo de sociedades como moneda de cambio para armonizar la eliminación del impuesto sobre el patrimonio en las tres provincias. Ese acuerdo fue ratificado en el Órgano de Coordinación Tributaria a finales de ese mes, y posteriormente ratificado en los consejos de Gobierno forales. Ahora está ya en las Juntas Generales como un proyecto de norma que será aprobado junto a los presupuestos, a finales de diciembre.

La principal consecuencia de ese cambio de cromos será que las empresas que gestionan ese tipo de sociedades de inversión colectivas cambien de aires. Para evitar que sus adinerados clientes tengan que tributar anualmente el 28% de los rendimientos, trasladarán sus sedes sociales a Noja, Miranda de Ebro y Logroño, por citar sólo algunos puntos periféricos de Euskadi.

El presidente de la BBK, Mario Fernández, también pidió a la Diputación de Vizcaya que se desmarque de Álava y de Guipúzcoa para evitar que las Sicav emigren a otros territorios. En un acto académico, y a preguntas de un invitado precisó, no obstante, que no quería que su posición fuera interpretada por el diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, "como una crítica a la Diputación".

Pero más allá de esa micro deslocalización, en la que se pueden ver afectados como mucho un centenar de inversores, la medida no va a tener prácticamente ni efectos tributarios y mucho menos sociales. Las Sicav van a seguir fuera del control directo de Hacienda, al estar bajo el paraguas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y sus socios van a seguir disfrutando de sus principales ventajas, como la baja tributación, el control sobre sus fondos, y el disfrute de los beneficios con un pago de impuestos cercano a cero.

El instrumento financiero que importó de Europa el primer Gobierno de Felipe González para retener a las grandes fortunas y evitar que se fueran a paraísos fiscales, va a seguir funcionando sin problemas y con toda su capacidad intacta para mantener un alto atractivo pese a la maniobra de las diputaciones vascas.

Para constituir una Sicav- sociedad mercantil que se rige por la Ley de Sociedades Anónimas- es necesario un capital mínimo de 2,4 millones de euros, y cien socios, aunque uno de ellos pueda tener el 99% del capital y los 99 restantes, el 1%. El hecho de tener múltiples socios le convierte en lo que se denomina como un Instrumento de Inversión Colectiva (IIC).

Una vez constituida, la Sicav es operada por una gestora que cobra una serie de comisiones por mover el capital en busca de rentabilidad. Los socios tienen capacidad para codirigir las decisiones de inversión y al final de cada año la sociedad tributa el 1% de los beneficios siempre que estos se reinviertan de nuevo en la sociedad. Así años y años. Cuando uno de los socios vende sus acciones tributa además por el 18% de la plusvalía generada.

A los ahorradores normales, a cada vencimiento de sus inversiones se les descuenta directamente el 18%. A los de las Sicav, sólo el 1% porque no necesitan vender para disfrutar de los beneficios. De hecho, el negocio se basa precisamente en eso, en reinvertir y reinvertir. ¿Pero entonces cómo disfrutan del dinero?

El ejemplo más normal es el de un millonario que crea una Sicav. Al crearla, ese dinero ya no está a su nombre, sino al de la sociedad. Él pasa a tener la mayoría de las acciones y la sociedad empieza a operar, adquiriendo valores, activos y haciendo toda clase de inversiones bajo su control directo, ya que los otros 99 socios, aunque reales, son decorativos. Es más, en el argot de las sociedades de inversión se les conoce como "los mariachis".

A partir de ese momento es la sociedad la que me proporciona lo que necesito. Es decir, ¿para qué voy a comprar un barco para mis vacaciones si mi Sicav ha tomado participaciones en una empresa que tiene tres y puedo disfrutarlo en el verano evitándome todo el lío de registros, pagos de impuestos, depreciación del bien, personal, etc?; ¿Para qué voy a comprar un inmueble donde instalar mis oficinas, con todo lo que supone de papeleos, gastos de notaría, si mi Sicav lo puede hacer por mí y encima yo como propietario no figuro por ninguna parte? ¿Para qué voy a vender las acciones de mi Sicav, que seguramente incorporan plusvalías, y por lo tanto debiera de pagar el 18% si es mucho más limpio y barato recuperar, en caso de necesitar dinero, parte de las aportaciones?

Pueden parecer preguntas puramente retóricas pero la realidad viene a confirmar que no lo son. En Vizcaya donde operan la mayoría de las Sicav registradas en Euskadi, es decir, 69 de las 95 operativas, el saldo es negativo para la Hacienda pública.

La Diputación de Vizcaya se ha visto obligada a devolver dinero a esas sociedades, ya que todas las declaraciones presentadas durante los ejercicios de 2006 a 2008 han sido negativas, según fuentes oficiales. La cantidad total devuelta en los tres ejercicios se sitúa alrededor de los 2 millones de euros. Tampoco emplean a muchas personas. Apenas cinco millones en gastos de personal de los 27.143 millones que mueven las Sicav en todo España.

El PNV sigue sosteniendo con esos mismos argumentos que armonizar la tributación de estas elitistas sociedades con las del resto no provoca el impacto negativo que denuncian las gestoras. Y en todo caso hablan de los afectados como una élite. Y de momento mantiene su postura pese a haberse reunido con los directivos de varias agencias que gestionan esos fondos desde Bilbao. De momento el único partido sensible a esas demandas ha sido el PP, cuyos representantes en las Juntas Generales de Vizcaya ya han anunciado que van a presentar una enmienda para mantener la tributación del 1%. No obstante, en fuentes directas de la Diputación de Vizcaya se aprecia un diagnóstico claro. Ayer mismo, Koldo Mediavilla, asesor directo de José Luis Bilbao, en un artículo de prensa se hacía eco de que "más de una veintena de estas Sicav vizcaínas tienen como principal accionista a un ciudadano de sonoro apellido y con estrecha vinculación a un grupo de comunicación".

Hay una tercera vía, y es que las instituciones forales aprecien el documento enviado el pasado jueves por el departamento de Economía y Hacienda con varias propuestas alternativas que podrían incluso dejar la tributación similar a la actual a base de deducciones. El Gobierno reconoce que aunque las consecuencias tributarias del cambio de tributación son mínimas, el "sector sí puede verse algo afectado".