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La mansión que pagó el Palau

Millet amplió su casa con piscina, domótica y un auditorio a costa de la entidad

Lluís Pellicer

Los auditores del Palau de la Música siguen investigando por qué la rehabilitación del edificio costó el doble de lo presupuestado. Pero de momento han acreditado que el ex presidente de la institución Fèlix Millet y su mano derecha, Jordi Montull, arañaron al menos 2,3 millones de euros para las obras de sus domicilios particulares. Un pellizco suficiente para que Millet pudiera construir un minipalau en su casa de L'Ametlla del Vallès entre 2005 y 2008. Sólo las obras de ampliación de la casa, que la empresa Triobra facturó al Palau, costaron 899.045,38 euros. De una tacada.

La Fundación del Palau de la Música, según la auditoría de Deloitte, pagó de principio a fin todas las obras de la ampliación: desde los estudios geotécnicos, que costaron cerca de 4.000 euros, hasta la carpintería exterior, que ascendió a más de 130.000 (véase el gráfico adjunto). De acuerdo con el proyecto de ampliación del chalet familiar, firmado por el arquitecto Jordi Ventosa, Millet incluso amplió el presupuesto en 150.000 euros para varios arreglos, como rematar las chimeneas, enyesar las paredes de la cocina, restaurar ventanas, pintar los techos e instalar persianas.

Los saqueadores arañaron al menos 2,3 millones de euros para las obras
Sólo la ampliación de la casa de Millet costó más de 800.000 euros
Un total de 642.000 euros costaron los equipos de imagen sonido y reparaciones
Millet y Montull gastaban más en una noche de hotel que todo el coro del Palau
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La certificación, que Triobra remitió a los auditores, explica con sumo detalle toda la ejecución de obras en la residencia de Millet. Para ampliar la zona tuvieron que derribarse algunas paredes de la antigua casa. Pero debió ser soportable, porque los nuevos espacios cuentan con aire acondicionado, aparatos de domótica, falsos techos y puertas enrollables que, según la memoria del proyecto, eligió personalmente Marta Vallès, la esposa de Millet, y ascendieron a 13.264 euros. A la vivienda tampoco le faltan sistemas de vigilancia, garaje y piscina, ni se reparó en aislar bien la casa y elegir las mejores baldosas.

Pero las obras en las residencias de los Millet y los Montull no terminan ahí. La auditoría contiene una compleja maraña de facturas de otras empresas. Parte de éstas fueron falsificadas e indican trabajos que nunca se realizaron en el Palau, y otras corresponden a instalaciones que se efectuaron en casa de los imputados pero que corrieron a cuenta de las tres instituciones que gestionan el Palau.

La investigación ha concluido que, salvo una sociedad que se dedica al interiorismo, todas las firmas que trabajaron para Millet estaban vinculadas a través de Francisco Mañaricua, socio de FM2 y Triobra.

Las facturas por instalaciones de equipos de imagen, sonido y varias reparaciones ascienden a 642.276,6 euros, y los imputados las pagaron, según las auditorías, a través del consorcio -que agrupa a las administraciones públicas-, la fundación -formada por empresarios- y la Asociación Orfeó Català. Muchas de ellas fueron admitidas por los imputados en su carta de confesión al juez, aunque los abogados defienden que sus clientes no han incurrido en todos los gastos que les imputa la auditoría de Deloitte.

El trabajo pericial indica que Millet abonó estos pagos a través de pequeñas facturas, que raramente superaban los 14.000 euros. El ex presidente del Palau, por ejemplo, informatizó su casa con ordenadores portátiles que no se han hallado en las dependencias de la entidad e instaló Internet inalámbrico. Luego, en varias ocasiones, Millet requirió a la empresa de mantenimiento para varias reparaciones y configuraciones del ordenador.

Además de equipos informáticos, Millet se dejó dinero del Palau en monitores, proyectores, reproductores de DVD y varios focos para iluminar adecuadamente el minipalau. No reparó en cambiar el receptor de televisión digital o encargar a los instaladores que reprogramaran los canales. Éstos, además, hacían otras chapuzas, como arreglar y purgar la caldera, que además se averiaba con cierta frecuencia. Por ejemplo, Millet mandó repararla en octubre de 2008, con vistas a la llegada del invierno, pero en noviembre los técnicos de la empresa tuvieron que acudir de nuevo a repararla.

La última empresa que también contribuyó al desvío de fondos, según la investigación, es Clos Interiors, que el mes pasado remitió una carta al Palau con la documentación requerida. "Nos gustaría seguir colaborando una temporada más", dice la misiva, incorporada al informe pericial.

La empresa emitió facturas para cobrar estanterías, archivadores de libros y vídeos, armarios y varias cortinas venecianas.

Millet y Montull -reflejado en el cristal- en los juzgados.
Millet y Montull -reflejado en el cristal- en los juzgados.SUSANNA SÀEZ

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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