"Raúl juega sin balón; yo, con balón"
Tiene el cuerpo de un peso pesado y la inclinación soñadora de un pintor de paisajes. Va vestido como un rapero a punto de saltar al escenario. Pero a Karim Benzema (Lyon, Francia; 1987) no lo espera una audiencia entregada, sino el Camp Nou. El técnico del Madrid, Manuel Pellegrini, tiene previsto que mañana ocupe el vértice del ataque en el que seguramente sea el partido más trascendental de su vida.
Pregunta. En el colegio, ¿cuál era su asignatura preferida?
Respuesta. Deporte. No me gustaba mucho la escuela. De pequeño, amaba el fútbol. Si me tenía que poner a estudiar alguna cosa, prefería los idiomas, sobre todo el inglés.
P. ¿Y la música? ¿Qué escucha por esos cascos?
R. Desde pequeño soy melómano. Es una herencia familiar. En mi casa escuchábamos música todo el tiempo. Toda la familia. Rap francés, rap americano, música francesa, música árabe... De todo.
P. ¿Shakira o Beyoncé?
R. Beyoncé.
P. ¿Ronaldo o Zidane?
R. Yo crecí admirando a Ronaldo. Pero también me gusta mucho Zidane.
P. ¿Puyol o Piqué?
R. Los dos son buenos defensas, pero a Piqué le conozco mejor. Jugando con la selección francesa, con 16 años, me enfrenté a él. Es bastante más técnico que Puyol y tiene las piernas muy largas. Esto le ayuda a robar el balón.
P. ¿Estudia mucho a los marcadores a los que va a encarar?
R. No. Me da lo mismo que sea uno u otro.
P. ¿Se siente punta o segunda punta?
R. Depende. Puedo desempeñar las dos funciones.
P. ¿No cree que hay demasiadas diferencias entre una y otra?
R. Cuando juegas de punta-punta, todo es diferente. Cuando juego de segunda punta, puedo caer a la derecha, a la izquierda o al medio campo a recibir el balón y participar en la creación. Aquí me piden que sea punta-punta. Tengo que hacer más movimientos sin el balón, abriendo espacios o buscando la definición. En el Lyon bajaba más a pedir la pelota para iniciar las jugadas de ataque. Era el que desequilibraba.
P. Aquí hay muchos jugadores que juegan detrás del punta: Cristiano, Kaká, Higuaín, Raúl... Si usted baja, se pisa con todos ellos.
R. Pero Pellegrini me pide que me mueva mucho, que caiga a las bandas y que haga lo que sé hacer cuando recibo el balón.
P. En el Lyon usted jugó de mediapunta, incluso como organizador.
R. ¡Claro que puedo ser un organizador! Para mí, realmente, no hay diferencias. Soy el mismo jugador diez metros más abajo o más arriba. Pero en el Madrid me piden otra cosa. Debo quedarme arriba y adaptarme. No hay lugar para todos.
P. Le cuesta aparecer para meter goles al primer toque.
R. Me gusta driblar.
P. ¿No cree que participa en exceso de las jugadas para ser un nueve? ¿No haría más goles moviéndose sin el balón?
R. El movimiento sin el balón es importante para arrastrar a los defensas y abrir huecos para otros atacantes. Hago mucho eso y lo aprovechan mis compañeros.
P. Pero baja constantemente a buscar el balón. Más que de nueve, sus hábitos son de diez.
R. Sí, porque me gusta dar pases de gol. Yo con lo que disfruto es con hacer jugadas bonitas.
P. Es un poeta. Prefiere la belleza por la belleza. El gol para usted es la consecuencia, no el fin.
R. ¿Poeta? También me gusta hacer goles. Pero los pases para mí tienen un gran valor. Técnicamente, tiene tanto mérito el gol como el pase que le das a un compañero para que marque.
P. ¿Cómo se consigue ser superior al Barça?
R. Hay que quitarle el balón y atacar. Si te limitas a aguantar atrás, pierdes. Hace falta llevar la iniciativa, el peso del juego. Nosotros tenemos que tener la posesión del balón.
P. ¿Qué partido espera?
R. Ganar con un gol mío.
P. ¿Qué tipo de gol?
R. Un disparo desde 25 metros.
P. ¿Se siente más libre cuando Raúl no está en el campo?
R. Podemos intentar acoplarnos porque él juega sin el balón y yo juego con él. Lo que ocurre es que ha habido partidos en los que hemos hecho las mismas cosas. Es verdad que yo me he integrado en el equipo cuando él no estaba, pero no creo que sea la causa.
P. ¿Cómo fue el viaje de Florentino Pérez a Lyon para ficharlo?
R. Vino a mi casa. Es un señor muy gentil. Le quiero mucho.
P. ¿A qué hora apareció? ¿Qué le ofreció usted?
R. A las 17.00. Un vaso de Coca-Cola.
P. ¿Y qué le dijo?
R. Que fuera al Madrid, que hacía un equipo para ganarlo todo.
P. ¿Y...?
R. Le dije que sí. Que bienvenido. Así de simple.
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