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Un cirujano plástico pagará 92.000 euros por deformar a un paciente

Un cirujano plástico de la Clínica Evangélica de Barcelona deberá pagar una indemnización cercana a los 92.000 euros por empeorar el aspecto de un hombre a quien dejó una cicatriz de 36 centímetros de largo por 8 de ancho en el abdomen en una operación estética. Así lo ha acordado la titular del Juzgado de Instrucción número 23 de Barcelona al entender que el facultativo actuó de forma incorrecta en el posoperatorio del paciente, que sufrió una hemorragia interna, y le dejó una cicatriz que deterioró, precisamente, "ese aspecto físico que se trataba de corregir". El hombre tuvo que ser intervenido de nuevo en una clínica privada para, esta vez sí, corregir y disimular la herida.

El paciente, cuyas iniciales son J. V. S., había seguido una estricta dieta de adelgazamiento que le dejó cierta deformidad en el pecho y el abdomen. Normalmente suele aparecer exceso de piel fláccida. El hombre acudió a la Clínica Evangélica y se puso en manos del cirujano F. M. C., quien, después de un examen médico y de informarle sobre los riesgos de la intervención, le operó el 19 de enero de 2006.

La operación, según consta en la sentencia, transcurrió sin ningún incidente, pero no así el posoperatorio. El paciente presentó al cabo de dos días una hemorragia interna en el abdomen que el doctor optó por tratar a base de un drenaje y antibióticos. La juez considera que el cirujano actuó correctamente, pero que se equivocó al darle el alta médica el día 21, porque continuaba sangrando por los catéteres de los drenajes. Por la noche, ya en su domicilio, el hombre sangró por el ombligo.

Desgarro de una aorta

El paciente tuvo que ser ingresado en el hospital de Bellvitge, donde se le curó la lesión y le fue diagnosticada una anemia. Al final, interpuso una denuncia a través de la Asociación del Defensor del Paciente.

Por otra parte, el Tribunal Supremo ha condenado al Instituto Catalán de la Salud a pagar una indemnización de 60.000 euros por daños y perjuicios a un paciente a quien en el hospital de Vall d'Hebron le fue desgarrada la aorta durante un estudio electrofisiológico. Esta prueba se realiza para comprobar las arritmias o las potencialidades cardiacas. La condena, que revoca otra del Tribunal Superior inerpuesta por el Defensor del Paciente, reprocha al hospital que no informara al paciente de los riesgos de la prueba.

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