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Los países con plantas de Opel negociarán unidos las ayudas

Bruselas quiere evitar otra carrera de subvenciones

Los países europeos con plantas de General Motors (GM) se comprometieron ayer en Bruselas a no negociar por separado con el gigante norteamericano los términos de la inevitable restructuración de su filial Opel, que perderá del orden de 10.000 de sus actuales 50.000 trabajadores.

Nick Reilly, máximo responsable de la compañía en Europa, reiteró que el proceso requerirá una inyección de 3.300 millones de euros a la que llamó a participar a los distintos Gobiernos, al tiempo que les aseguraba que la intervención de cualquiera de ellos no hará cambiar los planes de restructuración.

La reunión de ayer entre la compañía y representantes de los distintos Gobiernos afectados (Alemania, Bélgica, España, Polonia y Reino Unido) fue convocada por el comisario de Industria, el alemán Günter Verheugen, que durante el fin de semana expresó su alarma ante la carrera de promesas de ayuda en que estaban participando los distintos Gobiernos para salvar el mayor número de empleos en su territorio. Ya Alemania se ganó hace unas semanas un correctivo verbal de la Comisión por ser parte del acuerdo frustrado con la canadiense Magna para hacerse con Opel.

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Reilly habló a los países reunidos "a grandes rasgos" de sus planes, que requerirán unos 3.300 millones a los que General Motors está dispuesta a contribuir en parte. Pero el grueso de la ayuda corresponderá a los Gobiernos, que no deberán esperar que con ella vayan a comprar empleos para sus nacionales, advirtió Reilly.

El plan detallado será discutido esta semana con los sindicatos antes de ser presentado a los Gobiernos afectados, que ayer se comprometieron a reunirse de nuevo la próxima semana "para coordinar posiciones y reacciones", según Kris Peeters, jefe del Gobierno de Flandes.

Sobre la planta de Amberes pesan los peores augurios. "Es muy importante que haya coordinación entre los Estados y que no se enfrenten unos con otros", por ganarse el favor de General Motors, dijo Peeters. "Hay que evitar una carrera de subvenciones entre los distintos Estados", abundó la Comisión. "Cualquier apoyo financiero que concedan los Estados deberá basarse en criterios económicos", añadió.

El comisario de Industria, Günter Verheugen (izquierda), junto a Nick Reilly, ayer en Bruselas.
El comisario de Industria, Günter Verheugen (izquierda), junto a Nick Reilly, ayer en Bruselas.REUTERS

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