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BORJA SÉMPER | Próximo presidente del PP guipuzcoano

"El PP en Guipúzcoa tiene que tocar la calle, como hacía Gregorio Ordóñez"

Borja Sémper relevará el sábado a María José Usandizaga al frente del PP guipuzcoano.

Pregunta. La última hora en Guipúzcoa es el nombramiento del obispo Munilla. ¿Qué opina?

Respuesta. Si hay que opinar (como la Iglesia opina de muchas cosas, también podremos hacerlo nosotros sobre las suyas), creo que es una buena noticia. Va a traer coherencia con el no matarás y cercanía a las víctimas y no a los victimarios. Lo que me sorprende es la actitud del PNV, que por un lado apoya el aborto y por otro pretende seguir mandando en la Iglesia vasca.

P. Guipúzcoa es el unico de los congresos provinciales del PP con relevo generacional. ¿Con qué ideas llega?

R. Será cambio generacional y de estilo. Quiero transmitir que hay una nueva etapa en el PP, que se sustenta en la renovación en Euskadi y que está seduciendo a más gente. En Guipúzcoa el partido está necesitado de un nuevo modo de hacer politica, con el acento más puesto en las necesidades de la gente.

"La nueva dirección será más reducida y más operativa que la actual"
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"La radicalidad del PNV en Guipúzcoa nos abre un espacio"

P. ¿En qué se verá eso?

R. De puertas adentro, quiero cohesionar el partido, que se impregne del estilo que Basagoiti está imprimiendo en Euskadi. Y de puertas afuera buscaré dos cosas: ilusionar a gente, muy apartada de la política, y con razón, y tratar de ocupar un espacio que le corresponde al PP, el de la centralidad, frente a un gobierno nacionalista absolutamente radical y sin capacidad de gestión, noqueado por completo.

P. ¿Les facilita las cosas esa radicalidad del PNV de Egibar?

R. Nos las complica como ciudadanos, pero como partido nos abre un espacio que debemos aprovechar. Mucho voto al PNV es voto institucional y de orden, y el PP puede ser una referencia para él, como para electores socialistas decepcionados por la política errática del Gobierno central.

P. ¿Serán posibles pactos con el PNV tras las elecciones municipales?

R. No los veo hasta que el PNV deje de mirarse el ombligo y se centre en el país. Y menos en el caso de Guipúzcoa, especialmente castigada por la incapacidad de su gobierno foral. Lo que sí pasará es que el PP dejará de ser secundario y contará en los pactos postelectorales.

P. El voto del PP en el Congreso contra el blindaje del Concierto va a perjudicarles.

R. Nos ha permitido dejar claro que tenemos un perfil propio y que si tenemos que mostrar desacuerdo con Génova, lo vamos a hacer. Yo no recuerdo eso desde los tiempos de Gregorio Ordóñez.

P. Habla de cohesionar e impregnar al PP de Guipúzcoa del estilo Basagoiti. ¿Queda lastre o añoranza del período de María San Gil?

R. Yo no hablaría de lastre. Hay personas, yo mismo desde la discrepancia, que le guardan respeto y cariño, pero nadie me ha hablado de añoranza. Al contrario, lo que me dicen esas personas es que quieren participar en la nueva etapa. Se nos ha percibido como atrincherados demasiado tiempo. Hay que recuperar el estilo de hacer política de Gregorio Ordóñez, con un partido abierto, contundente en lo que se debe, pero con capacidad de interlocución con toda la sociedad y de centralidad política. En realidad, lo que nos falta en Guipúzcoa no es reinventarnos, sino proyectarnos a la gente como lo que ya somos.Nuestra gente, que ha sufrido mucho, tiene ganas de jugar otro papel en la política.

P. Es la segunda vez que menciona a Ordóñez. ¿Por qué es una referencia de futuro para usted?

R. Porque tocaba la calle, los problemas reales de la gente. Si un hostelero tenía un problema iba al bar a hablar con él y si una comunidad reclamaba un ascensor, lo mismo. Pensaba que eso, y sin quejarse, era lo que había que hacer. Tan estaba en la calle que le mataron en un bar de la Parte Vieja. Y tampoco se amilanó en su discrepancia con Jaime Mayor.

P. ¿Qué significa que por primera vez tengan una ponencia en euskera sobre Educación, Cultura y Euskera?

R. Es síntoma de normalidad. Queremos derribar la falsedad de que sólo los nacionalistas lo aman y defienden. Otra cosa es que a ellos no les guste lo que en euskera digamos sobre la política con el euskera. Para nosotros, es de todos los vascos, lo hablen o no, y lo han dañado las políticas de imposición de los nacionalistas. Donde ha gobernado el PP nadie podrá decir que se ha sentido menospreciado o tenido problemas. No conozco en Álava y Vitoria quejas con nuestros gobiernos.

P. ¿Qué dirección prepara?

R. Será una ejecutiva que no estará llena de cargos absurdos para ocupar tarjetas de visita. Será más práctica que la de ahora. Una dirección más reducida y más operativa.

P. Si Camps hubiese sido presidente de Euskadi, ¿usted le habría exigido el cargo?

R. No tengo elementos para responder que sí, pero no me gustan algunas cosas ni la gestión de esa crisis que he visto.

P. ¿Sacrificarían su pacto con el PSE en Euskadi si Rajoy necesitara al PNV en Madrid?

R. Además de derrotar al terrorismo, este pacto tiene otra función que no se cumple en cuatro años: corregir la deriva absurda de mucho tiempo, colocando la política al servicio de la gente y no de saciar las angustias existenciales del nacionalismo. Que el cambio en Euskadi sea real es importante también para España.

El parlamentario Borja Sémper, en un pasillo de la Cámara vasca, la semana pasada.
El parlamentario Borja Sémper, en un pasillo de la Cámara vasca, la semana pasada.PRADIP J. PHANSE

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