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Infraestructuras en Euskadi

Guipúzcoa culminará su red de alta capacidad con la incógnita de los peajes

El segundo cinturón y la autovía del Urumea se abrirán a lo largo de 2010

Mikel Ormazabal

Guipúzcoa está muy cerca de ultimar la modernización de su red de carreteras de alta capacidad. 2010 es el año clave. En el calendario, la Diputación ha fijado la finalización de dos de los grandes proyectos viarios pendientes desde hace varios años: el segundo cinturón de San Sebastián y la autovía del Urumea. Una vez rematados éstos, sólo quedaría pendiente el corredor Beasain-Bergara, que marcha más retrasado.

Guipúzcoa tiene inyectados en este momento más de 1.000 millones de euros en obras viarias. La más espectacular y necesaria es el segundo cinturón que rodeará por el sur la capital guipuzcoana. Son 17 kilómetros de autopista que nacen en Lasarte-Oria, en la confluencia de la autopista A-8 y la N-I, y finaliza en Rentería, donde vuelve a enlazar con la Bilbao-Behobia.

Las inversiones en carreteras se elevan a más de 1.000 millones de euros

Esta nueva infraestructura permitirá absorber, según las estimaciones del Departamento foral de Infraestructuras Viarias, la mitad de los vehículos que actualmente circulan por la variante donostiarra, el trayecto más saturado de la red de carreteras. Por esta vía circulan una media de 100.000 vehículos al día. En el futuro, cuando esté en servicio el segundo cinturón -su apertura se espera a lo largo de 2010-, la variante donostiarra se podría quedar como un eje cuasicomarcal. Para evitar que siga congestionado, no se descarta que los vehículos que la utilicen para realizar largos recorridos tengan que abonar un canon de paso.

El objetivo es que el segundo cinturón pase a captar el tráfico internacional, principalmente de camiones, que ahora saturan las comunicaciones entre Etxegarate y la frontera. La nueva autopista tendrá una conexión con la autovía del Urumea a la altura de Astigarraga.

La autovía del Urumea también tendrá la virtualidad de reducir el número de tránsito de 30.000 vehículos que ahora circulan por la N-I entre Andoain y San Sebastián. Así está concebida, al menos, por las autoridades forales. Ya está abierta al tráfico entre Urnieta y Martutene. Quedan pendientes de concluir, previsiblemente durante el próximo ejercicio, ambos extremos de la autovía, esto es, la penetración en San Sebastián y la entrada por Andoain.

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Más adelante se pretende construir una variante en Andoain para conectar la autovía del Urumea con el acceso actual con la autovía de Navarra.

Atrás han quedado la inauguración en 2009 de la autopista AP-1 (Eibar-Vitoria), cuya utilización es inferior a la que habían calculado las diputaciones alavesa y guipuzcoana, así como la ampliación a tres carriles por sentido de la A-8 entre San Sebastián y Orio, y la nueva N-121-A, que conecta Irún con Bera de Bidasoa y elimina uno de los puntos negros de la red de carreteras.

Entre los proyectos pendientes, figura la autovía Beasain-Bergara (GI-632), que pincha en sus extremos con la N-I y la AP-1. Ya está en funcionamiento desde hace varios años el tramo entre Beasain y Zumárraga, y se está construyendo el paso hasta Urretxu. A partir de este punto queda lo más complicado desde el punto de vista técnico: salvar el puerto de Deskarga. La solución es abrir un gran túnel entre Urretxu y Antzuola, cuyas obras darán inicio en 2010.

A punto de rematar los principales viarios, Guipúzcoa tiene aún pendiente resolver el dilema de los peajes en las principales carreteras. Actualmente son de pago la A-8 y la AP-1, a las que se añadirá el segundo cinturón.

En este sentido, las Juntas Generales han creado una ponencia específica para estudiar la implantación de peajes en la N-I y la autovía de Navarra. La medida genera controversia entre los grupos políticos. La Diputación ha llegado a la conclusión de que es necesario cobrar para "repartir" el tráfico entre las redes de alta capacidad, aunque está por definir cuál es el modelo por el que se opta. Los transportistas se muestran contrarios y sostienen que Guipúzcoa se podría convertir en el único territorio en el que no es posible circular gratis. La institución foral, en cambio, se acoge a la máxima aceptada por la UE de que "quien contamina, paga" para aprobar los cánones de uso de sus carreteras. En todo caso, las tarifas serían más reducidas para los contribuyentes guipuzcoanos, como ocurre ahora con la A-8 y la AP-1.

Los proyectos

- Segundo cinturón: Se insertará en la autopista A-8 y será de pago. Son 17 kilómetros entre Lasarte-Oria y Rentería, con un enlace con la autovía del Urumea en Astigarraga. Se abrirá a lo largo de 2010.

- Autovía del Urumea: Ya está en servicio entre Urnieta y Martutene (San Sebastián). Quedan por concluir las obras de penetración en la capital guipuzcoana y la parte más próxima a Andoain. Es la alternativa a la N-I. Estará finalizada el año que viene.

- Eje Beasain-Bergara: Unirá la carretera N-I y la autopista AP-1. El tramo entre Beasain y Zumárraga está abierto. En 2010 se construirá un túnel entre Urretxu y Antzuola para salvar el puerto de Deskarga.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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