Satisfacción
En primer lugar, deseo expresar mi satisfacción por la vuelta a casa de los 36 tripulantes del atunero español sanos y salvos después de haber sido secuestrados por piratas somalíes en aguas del océano Índico. Por obvio que parezca, me veo en la necesidad de decir que los culpables del secuestro no han sido ni el Gobierno de España ni ninguno de los Gobiernos autonómicos, ni siquiera terroristas autóctonos; es decir, ningún español.
El caso de Somalia merece una mención aparte, dada la inexistencia de un Estado como se entiende internacionalmente. Aquel país dispone de territorio y fronteras y hasta de un Gobierno sobre el papel, pero la realidad es que está "gobernado" por clanes tribales y mafias. En el ámbito internacional, se teme que ese país pudiera ser un nuevo agujero negro capaz de atraer hacia sí a los gérmenes de los terrorismos internacionales que puedan establecer nuevas bases desde donde dirigir sus ataques contra Occidente. El Gobierno español ha tomado la iniciativa en el ámbito europeo para liderar acciones encaminadas a evitar ese tipo de delitos en el futuro.
No sé cuándo vamos a aprender a distinguir entre las razones de Estado y las de gobierno. Entiendo muy claramente como una razón de Estado la liberación de unos compatriotas hechos prisioneros por piratas en el océano Índico. Por eso no comprendo que desde algunas oposiciones partidarias se haya estado atacando al Gobierno de España mientras estaban trabajando por esa liberación.
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