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Entrevista:ALMUERZO CON... ROSSANA REGUILLO

"España aún no ha hecho las paces con su pasado"

Natalia Junquera

Ha venido a España a hablar de memoria, pero durante la comida el repertorio se amplía a todas las inquietudes que esta antropóloga mexicana ha convertido en investigación. La última: el narco mexicano, que compara con una "guerra santa". La cita con Rossana Reguillo (Guadalajara, 1955) es en un restaurante asturiano de Lavapiés, el barrio en el que nació su padre, un ingeniero mecánico que luchó contra Franco y que tras perder la guerra huyó, como tantos, al primer país que se ofreció a sacarle del campo de concentración francés en el que estaba: México. Reguillo ha participado en las jornadas Memorias en Transición, en las que 20 expertos de 10 países han debatido en Madrid sobre modelos de reparación para las víctimas. Ella lo tiene claro: "En España hace falta una segunda transición. Este país aún no ha saldado cuentas con su pasado".

La antropóloga mexicana investiga la 'guerra santa' de los 'narcos'

"Se ha dicho tantas veces que parece un invento, pero en mi casa ocurrió. Había una botella de champán guardada y cuando murió Franco se abrió y brindamos", recuerda. "Mi padre volvió entonces a España, pero sólo se quedó tres semanas. No entendió la Transición". Reguillo recuerda que de pequeña solía llevarla a un café donde los exiliados españoles se reunían a jugar al dominó e imaginar que ganaban la guerra. "Eran muchos, como un ejército, y se dedicaban a reproducir las batallas: 'Si hubiéramos entrado por aquí...". Ella visitó España por primera vez a finales de los ochenta. Lo recuerda delante de un plato de pimientos que pide sin mucho apetito porque acaba de bajarse del avión y no sabe si es hora de desayunar, comer o cenar. "Me resultó muy doloroso ver la poca memoria que había de la guerra. Mi padre había tenido que reinventarse, y en España nadie se acordaba de lo que habían hecho los hombres como él".

"Ahora se cree que abrir las compuertas de la memoria es reabrir las del conflicto. Y es falso. Lo sano es sacarlo. La memoria cura. Cada país tiene que hacer las paces con su pasado. Argentina lo hizo: el centro de torturas es hoy un museo de la memoria. España lo tiene pendiente". Esto mismo le planteó al juez Baltasar Garzón en 2003 cuando coincidieron en Austin (EE UU) en un congreso sobre la violencia. "Cuando terminó, le pregunté: 'Y el franquismo, ¿cuándo?'. No dijo nada. Por cierto, baila muy bien country".

Para Reguillo, esa mala digestión del pasado se reproduce en cualquier lugar. Incluso en los aeropuertos. "Cuando vengo aquí con mi pasaporte estigmatizado de mexicana, y veo cómo me tratan, me dan ganas de decir: ¿Tan pronto se han olvidado de que fueron un país de emigrantes económicos y políticos? Ése es un problema de memoria. Yo asumo mi herencia. España no lo ha hecho".

Los pimientos desaparecen en su plato, pese a todo, llega el café, y Reguillo quiere hablar del narco. "Tenemos 14 ejecutados al día y la gente se está acostumbrando al horror. Estoy entrevistando a jóvenes narcos y me dicen: 'Sé que voy a morir a los 25, pero le dejaré a mi madre una casa y una nevera'. Para ellos es un modo de sobrevivir en una sociedad que les excluye. Para los veteranos, es una guerra santa. Se creen los salvadores. La estrategia del presidente de sacar el ejército a la calle es un error. No puedes luchar así contra un soldado evangelizado, que emite boletines de prensa a través de los cuerpos que va dejando: decapitados, descuartizados...".

Reguillo asegura que Garzón "baila muy bien el <i>country".</i>
Reguillo asegura que Garzón "baila muy bien el country".ULY MARTÍN

Casa Lastra. Madrid

- Pimientos del piquillo: 13 euros.

- Escalope: 14.

- Pan, agua y cerveza: 12,40.

- Un sorbete y dos cafés: 8.

Total: 47,40 euros.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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