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Cinco mujeres en la fosa de La Puebla

Cuerpos con los cráneos muy dañados, como si después de disparar los verdugos hubieran firmado el crimen con un culatazo del arma contra la mandíbula o la parte alta de la cabeza; fracturas en brazos y muñecas; manos atadas a la espalda; orificios de entrada y de salida de bala, unas veces de fusiles y otras de pistola. Los análisis de los 43 cadáveres encontrados en la segunda fase de la excavación de la fosa común de La Puebla de Cazalla (Sevilla) evidencian que las víctimas sufrieron muertes muy violentas, según explicaron ayer los responsables de las tareas.

Desde que en marzo de 2008 se iniciaron las excavaciones se han recuperado ya 60 cadáveres. Los arqueólogos creen que "cinco o seis" de ellos corresponden a mujeres de entre 17 y 65 años. El resto son hombres, alguno de ellos más bien adolescentes, que fueron asesinados entre julio de 1936 y febrero de 1937.

Los investigadores creen que en la fosa fueron arrojados hasta 230 cuerpos, pero para seguir adelante con las excavaciones será necesario retirar y trasladar dos bloques con nichos de osarios de 140 personas fallecidas entre 1950 y 1990 y que están encima de la fosa común, una actuación que está pendiente de ser aprobada por la Diputación de Sevilla.

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