Aroma de Mundial
La armoniosa España y la caótica Argentina miden su potencial como aspirantes al título
Cesc Fábregas tardó una hora en recorrer la pista que une el vestuario con el hotel de concentración de España. Por el camino, con aire despistado, sonriente, se paró a hablar con los aficionados y los periodistas como un curioso más. A ratos se cruzaba con sus compañeros. Unas veces era Puyol, que corría hacia el gimnasio. Otras era Xabi, que encaraba su habitación. Otras era el capitán Casillas, haciendo chanzas. En la concentración de la selección española reinaba la armonía. Nadie en la plantilla tiene dudas respecto al lugar que ocupa cada uno. Las funciones, el estilo y los líderes están definidos. Todo lo contrario ocurre en la selección de Argentina. El equipo que visita esta noche el Calderón (20.45, TVE-1), en el centenario de la Federación Española de Fútbol, siempre envuelto en tensiones y litigios internos, es un enigma para sus propios integrantes. Se sabe que Maradona es nominalmente el seleccionador. El resto queda por aclarar.
"Los chiquitos me hicieron la cama", fue la frase de Alfio Basile después de dimitir como seleccionador tras caer derrotado ante Chile en las eliminatorias del Mundial. El ex responsable del equipo nacional sospechó que Heinze y Zanetti impulsaron el motín de Messi, Agüero y Tévez, que aprovecharon el día del partido para bajar los brazos. Con esa idea abandonó Basile el equipo. Así lo heredó Maradona, que se apresuró a nombrar a Heinze como su lugarteniente. Por delante le quedaban ocho partidos decisivos para conseguir el billete mundialista. Fueron ocho partos. Con Maradona al frente, Argentina jugó al límite: ganó cuatro partidos y perdió otros cuatro. Marcó 10 goles y recibió 13. Entre medias, el técnico modificó todas las alineaciones en todas las citas oficiales. Empezando por la portería. Lo primero que hizo Maradona fue llamar a Carrizo. Le dijo: "Vos sos mi arquero titular". La decisión irrevocable le duró 180 minutos. Después de la goleada ante Bolivia (6-1), Carrizo desapareció. El seleccionador hizo otro nombramiento solemne: Andújar. Pero sólo duró 90 minutos más que Carrizo. Le sucedió Romero, la tercera opción, un chico corpulento y resuelto, que hoy será titular ante España. El caos empezó en la portería y se extendió a todo el campo. Con Maradona, Argentina nunca repitió una línea: los zagueros, los medios y los atacantes siempre se encontraron por primera vez el día del partido.
En Madrid, Maradona se ha mostrado más sereno. El jueves dijo que necesitaba convivir un poco más con su gente: "Tenemos grandes jugadores. Pero debemos encontrar el grupo, el equipo, y eso pasa por estar más tiempo juntos".
Han sido días duros para Maradona. Se dice que nunca dio una charla táctica antes de un partido y que su segundo, Mancuso, en realidad es su motivador personal. Los jugadores sólo escuchan a Heinze. "Me refugié en el grupo de hombres", dijo Maradona para explicar las horas de zozobra; "me uní a los jugadores más representativos, los mezclé con los chicos y logré la clasificación". Esta noche, esta Argentina tan cargada de dudas como de talento se medirá a un equipo grande. Probablemente, el más grande al que pueda medirse. El examen tiene aroma de Mundial.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.