Los temores de Del Bosque

Cuando Vicente del Bosque conquistó su primera Liga de Campeones, en mayo de 2000, en torno al madridismo se extendió una corriente de incredulidad. Verificada su habilidad para administrar la escasez, muchos dudaron de su capacidad para gestionar la abundancia que prometía la llegada de Florentino Pérez. Con el tiempo, el entrenador superó las expectativas en todos los terrenos.

Casi una década más tarde, Del Bosque se encuentra ante un desafío similar. Esta vez ocupa el banquillo del equipo nacional. Y lo que ve ante sí es un horizonte de plenitud. Nunca en la historia de la selección española ha habido más canteras funcionando a plena producción, más jugadores cualificados, más talento natural y más éxito. Hay futbolistas para saturar todas las líneas. Que un central como Borja Gómez, ex canterano del Madrid instalado en Segunda B, haya sido capaz de neutralizar a Kaká durante la eliminatoria de Copa que el Alcorcón ganó al Madrid, la semana pasada, no parece casual.

"No nos podemos creer imbatibles. Hay que querer siempre ir más lejos"

A seis meses de la Copa del Mundo, la corriente es claramente favorable. Sin embargo, a Del Bosque le preocupan algunas cuestiones tácticas y, sobre todo, los aspectos morales, que son los más difíciles de controlar. Ayer lo explicó con el tono vibrante que usa al hablar de las cosas en las que pone especial cuidado.

"Una vez que hemos tenido éxito en la Eurocopa, hace un año y pico, y ahora, después de hacer una fase de clasificación brillante, como técnico hay algo que siempre te da miedo", anunció el seleccionador; "te preocupa un poco que se mantenga la emoción, que el jugador llegue con ganas de triunfar y obtener victorias. Sólo los muy profanos, o los incautos en el fútbol, no deben de tener esta preocupación".

Del Bosque dejó claro que, antes que los aspectos puramente mecánicos del juego, le inquietan las enfermedades espirituales. El hombre hizo su apunte con la naturalidad de los sabios de provincia: "El fútbol va mermando en algunos momentos la capacidad de respuesta de los jugadores. Es cuando se pierde esa emoción... Es cuando dicen: 'Nosotros ya somos alguien'. No nos podemos creer que seamos imbatibles. Los jugadores deben ser ambiciosos. Deben querer siempre ir más lejos".

Las principales candidatas al título mundial sufren problemas funcionales. Argentina necesita mejores defensas, Brasil precisa volantes más sutiles, Inglaterra mejoraría si encontrase al heredero del portero Banks y a Italia le hace falta una renovación generacional. España es el único caso en el que parece que hay de todo. Del Bosque sólo espera aprovechar los partidos amistosos para perfeccionar las tareas defensivas de sus atacantes. "Por encima de los nombres, me preocupa el funcionamiento del equipo", dijo; "hemos cambiado algunas nociones en la gente de delante en relación a la defensa y tenemos que mejorar".

Albiol precisó el concepto: "Del Bosque quiere que cuando perdemos el balón, si lo perdemos arriba, nuestros delanteros presionen inmediatamente, cada uno en su zona, para intentar recuperar la posesión en campo contrario. Esto, con Luis Aragonés, lo hacíamos menos".

Por último, Del Bosque deberá resolver en los próximos meses qué atacantes incluye en la lista final y con qué perfil. La superabundancia da para elegir entre zurdos y diestros, fuertes y hábiles. En sus nóminas ha habido muchos extremos (Mata, Riera, Capel, Navas, Pablo Hernández), puntas (Torres, Villa, Güiza, Llorente, Negredo) y segundas puntas (Silva, Cesc, Iniesta). El partido contra Argentina iniciará la criba. Por el momento, las palabras del capitán, Casillas, y el orden en que enumeró ayer a los rematadores, pueden servir de pista: "Villa y Torres están siendo los mejores delanteros españoles. Y lo bueno que tienen es que están enseñando mucho a gente que viene por detrás, como Negredo, Güiza o Fernando Llorente".